Dicen que es porque los padres no tienen tiempo de enseñarles. Otras claves: peligro vial, inseguridad y el cambio tecnológico.
Andar en bicicleta siempre fue uno de los primeros deportes que se enseñaron de padres a hijos; sin embargo, la irrupción de los entretenimientos tecnológicos, sumada al temor por los hechos delictivos y los accidentes viales que se pueden sufrir en la calle, provocó el aumento de hábitos sedentarios y que incluso un gran número de niños no sepa andar en bicicleta. En concordancia con ese pensamiento, en distintas bicicleterías aseguran que el problema es mayor entre los chicos que tienen de 7 a 11 años y ponen la mira en los padres y su falta de tiempo para enseñarles.
“Hay muchos nenes que no saben andar en bicicleta, pero los responsables somos los adultos que a veces no tenemos el tiempo de llevarlos a la plaza o nos da miedo por la inseguridad que se ve en las calles”, resume Mauricio Romboletti desde su bicicletería.
Para el comerciante, con 16 años de experiencia en el rubro, muchas familias perdieron el hábito de llevar a los chicos a los espacios públicos, pese a que la Ciudad fue diseñada con una plaza cada seis cuadras.
“No hay incentivos”
“En los últimos 4 años aumentaron mucho las ventas de bicicletas para grandes, pero son contados con los dedos de las manos los padres que también llevan a sus hijos para hacer rutinas que por ahí son de varios kilómetros, la verdad es que no hay incentivos para los chicos”, agrega Romboletti. En los comercios del rubro también se observa con cierta curiosidad que las bicicletas se siguen regalando, pero dicen que en muchos casos se suma a la colección de juguetes arrumbados de los niños. Las excusas que se escuchan son casi siempre las mismas: “vivimos en departamento”, “no puedo cargar las bicicletas en el auto”, “le gusta más jugar con la computadora que andar en bicicleta”.
En otro comercio, la observación es similar: los adolescentes no andan mucho en bicicleta, al menos ir a dar una vuelta parece resultarle menos atractivo que ensimismarse en la tecnología. “Hasta la década de los 90 los chicos usaban más la bicicleta, ahora es algo que ya no se regala tanto y quienes más la utilizan es para ir a trabajar o a estudiar”, afirma Alejandro Albano para quien el factor inseguridad también fue de peso a la hora de alejar a los chicos de las bicicletas.
Tanto médicos como profesores de educación física coinciden en que el ciclismo es una de las actividades físicas que favorece la salud porque entre otros beneficios ayuda a prevenir el sobrepeso; además eleva la autoconfianza de los niños y hasta favorece una conciencia ecológica. Además mejora la resistencia y agilidad de los pequeños, actúa favorablemente en las articulaciones, en el sistema circulatorio y en el respiratorio; estimula la coordinación y el equilibrio corporal y hay estudios que aseguran que reduce la ansiedad en los niños hiperactivos.
Pese a la “buena prensa” de la bicicleta, desde un comercio dedicado al rubro, Leticia sostiene que muchos padres se alejaron de esa práctica y ya no saben ni cómo usar un inflador. “Le compran la bicicleta rodado 16 o 20 a los chicos, pero por comodidad o por la inseguridad que se vive como no la usan, con el tiempo les queda chica y si tienen entre 7 y 10 años ya pasan al rodado 24, no pueden cambiarle las rueditas y a las criaturas ya no les gusta porque si se caen le toman miedo”, dice la comerciante. Para Leticia un elevado porcentaje de la población está más cómoda, más achanchada”, además sufre el temor por la inseguridad.
“Con la computadora se resuelve el aburrimiento de los chicos; además en determinada clase social ya no hay tiempo de enseñarles a andar en bicicleta; no es como antes que todos sabíamos andar porque nos manejábamos desde chicos de acá para allá con las bicis y cuando no nos enseñaba un padre nos enseñaba un primo o un amigo”, concluyó Leticia.