En un experimento de científicos británicos, la solución excitante no sólo atrajo a los insectos, sino que las llevó a comunicar la buena noticia a otros miembros de su colonia mediante un baile.
La cafeína resulta igual de adictiva para las abejas que para los seres humanos, reveló esta semana un estudio publicado en la revista especializada “Current Biology”.
Un grupo de científicos de la Universidad inglesa de Sussex realizó un experimento para poner a prueba la teoría de que las plantas han desarrollado un método para mantener enganchadas a las abejas. Para ello, los científicos presentaron a los insectos dos fuentes de alimentación que contenían una solución azucarada, situadas a la misma distancia de su colmena: una con cafeína y otra sin la sustancia excitante.
La cafeína no sólo atrajo a las abejas, sino que las llevó a comunicar la buena noticia a otros miembros de su colonia mediante un baile.
El estudio recoge como, tras probar por primera vez el café, las abejas continuaban regresando a la fuente que lo contenía, incluso cuando el suministro se había agotado.
El entomólogo y líder de la investigación, Roger Schurch, afirmó que estaba sorprendido de cómo vieron “el efecto que la cafeína produjo en los insectos que volvían una y otra vez al alimento con café”.
Por su parte, la investigadora del Laboratorio de Apicultura de la Universidad de Sussex, Margaret Couvillon, manifestó que “algunas plantas, a través de un compuesto secundario presente en el néctar como la cafeína, podrían estar engañando a las abejas para asegurar su fidelidad”. “Este hecho podría comprometer la calidad de la miel elaborada por los insectos”, agregó Couvillon.