Desde hace cinco años las máquinas de Austral Construcciones yacen en un galpón de Río Gallegos que no tiene custodia.
En el Rey León, el cementerio de los elefantes es un lugar oscuro, temible, es hasta donde llega el poder del rey Mufasa, es el hogar de las hienas que acechan el poderío del padre de Simba. En Río Gallegos, el cementerio de los elefantes es el testimonio vivo de lo que fue un imperio y la demostración clara de la desidia estatal y judicial. No son elefantes, son hierros que el Estado ignoró y perdió.
Infobae ingresó y recorrió el predio donde desde hace más de cinco años se pudren, se convierten en chatarra, pierden valor y se vuelven inservibles cientos de máquinas viales, tractores, semis (la estructura que se acopla a un camión con diversos usos), camionetas, 4×4, decenas de barriles de aceite y combustible, incluso con propios surtidores. La caída de un imperio: Austral Construcciones. “Venían a hacer un show. Buscaban plata enterrada, cuando la plata estaba y está ahí. Era más lindo plotear el yate de Jaime o mostrar la Ferrari del Pata Medina. Todo eso se pudo haber utilizado, eran bienes que le hubiesen ahorrado millones al Estado”, sentenció con resignación un miembro de la Justicia local. Nunca los escucharon.
Apenas uno aterriza en Río Gallegos, sale del aeropuerto, gira en una curva para el ingreso a la autovía que los trasladará a la capital santacruceña, y todo está ahí, a la vista. Se ve. Se impone. Miles de metros cuadrados de chatarra acumulada, solo protegida por un alambrado débil y dos garitas, una de ellas bloqueada por carteles viejos de señalización vial. Parece una imagen de un lugar sacado de Chernobyl.
Austral Construcciones, la otrora poderosa constructora del empresario Lázaro Báez, hoy detenido y en pleno juicio por la obra pública, presentó la quiebra. La Justicia designó un síndico, que es quién debe administrar los bienes de la empresa y abogar por su mantenimiento. Según consultó Infobae a diferentes fuentes judiciales y cercanas a la empresa, nunca apareció. En teoría, en el inmenso predio de Austral debería existir custodia de Gendarmería Nacional, como así también en todos las propiedades que fueron retenidas por la Justicia. Entre inmensos galpones y fierros, solo dos perros, algo mal alimentados, se animaron a ladrarle a este cronista. Se aburrieron y se fueron. Caminar por los intersticios de ese ahora, cementerio de metal, genera indignación: decenas de camionetas que si hubiesen sido correctamente administradas por la Justicia hoy podrían estar al servicio del Estado o de organizaciones de bien común. Lo mismo ocurre con la millonaria cantidad de maquinas viales que ahí están: ya muertas, inservibles.
Según lo que consultó Infobae, Gendarmería sólo custodia en Río Gallegos un galpón donde también muere lentamente un moderno colectivo doble piso con la insignia del club Boca de la capital pingüina, el equipo que supo ser el sueño trunco de Martín Báez, hijo mayor de Lázaro, hoy también detenido. El colectivo aparenta ser de la empresa Vía Bariloche, con un inmenso ploteado con los colores azul y oro, pero claro, el vehículo estaba a nombre de Austral.
Gendarmería custodia bienes de Lázaro en la localidad de Tres Lagos, Santa Cruz. En Caleta Olivia, Calafate, Comodoro Rivadavia y 28 de noviembre, todas localidades donde hay propiedades y vehículos embargados por la Justicia, la seguridad le rinde pleitesía a la ausencia.
Infobae consultó con fuente de la familia Báez sobre el estado de las distintas propiedades embargadas, a las cuales no pueden acceder ni siquiera para su mantenimiento: confirmaron que hubo campamentos viales que fueron “directamente saqueados”. “Al síndico no lo conocemos. Nunca vino”, agregaron.
Los campos que están a nombre de Austral Construcciones, también inhibidos y en manos de la Justicia: Cruz Aike y Porteña están vacíos, saqueados y absolutamente destruidos por ingreso de “forajidos” que fueron en busca del oro perdido. No lo encontraron pero “se han llevado muebles, mampostería, iluminación, todo”, dijeron en la familia del empresario. “El Estado no resguardó ni para el beneficio propio”, agregaron.
Los autorizados a ingresar al predio que recorrió Infobae son la Municipalidad de Río Gallegos, Fuerza Aérea y Vialidad Nacional. El caso de Vialidad es paradigmático, retiró vehículos: por ejemplo dos camionetas nuevas de transporte, tipo partner, pero las tiró en su propio predio. Su puesta en funcionamiento ya cuesta miles de pesos. Infobae lo constató.
El campo que recorrió este medio, además de los cientos de vehículos pudriéndose, tiene tres inmensos galpones, una suerte de pañoles gigantes, donde se guardaban repuestos, herramientas y diversos accesorios viales y donde también se realizaba el mantenimiento de las máquinas. Todo fue saqueado. Hay un dato que demuestra aún más la desidia: todo lo que se roba se vende en páginas de internet de clasificados de la capital santacruceña. En ese gigante ejemplo de lo que supo ser, nadie apareció.
Las denuncias no quedan ahí. Ante la falta de seguridad, ex empleados de Austral Construcciones se han quedado con camionetas y camiones a nombre de la empresa que circulan libremente y son utilizados para sus propio trabajos. Lo particular es que esas personas tiene a su vez constructoras que le prestaban servicios a Austral y hoy trabajan por su cuenta pero con material supuestamente “recuperado a la corrupción”. Que, claro, nunca se recuperó.
El cementerio de los elefantes de hierro sigue ahí y cada vez hay menos.