Además de tener casi US$ 3.000 millones en depósitos en bancos de la plaza financiera uruguaya, los argentinos manejan desde Uruguay otros US$ 16.000 millones de los que casi la totalidad están en el exterior.
A fin de 2013 casi el 70% de los depósitos de no residentes en la banca uruguaya era de argentinos, unos US$ 2.730 millones según datos del Banco Central. Asumiendo que se mantuvo esa relación, los depósitos de argentinos sumaban US$ 2.980 millones a fin del año pasado. Los depósitos de no residentes representan cerca del 15% del total de depósitos, lejos de la proporción que tenían en 2002 cuando eran casi la mitad.
Según dijo el CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI —que opera en Argentina y Uruguay— Mariano Sardáns al diario porteño El Cronista, “hay aproximadamente otros US$ 1.000 millones de argentinos en sociedades de bolsa uruguayas, tanto en bonos de empresas como en títulos públicos”.
Por otro lado, Sardáns estimó que la banca off-shore en Uruguay (que no puedecaptar depósitos o dar créditos, pero sí administrar dinero), maneja fondos de argentinos por unos US$ 15.000 millones. Serían unos 25.000 argentinos con dinero administrado desde Uruguay (pero que está colocado en el exterior casi totalmente) a un promedio de US$ 600.000 en cada caso, indicó el períodico argentino.
A mediados del año pasado, Sardáns había dicho a El País que la banca off-shore en Uruguay administraba unos US$ 25.000 millones (contando a argentinos, pero también paraguayos, brasileños, bolivianos y uruguayos).
Según el CEO de FDI, unos US$ 20.000 millones de esos US$ 25.000 millones eran de argentinos, pero “últimamente mucha plata” que era gestionada desde Uruguay “se fue a Panamá”. Recordó al periódico porteño que con el retiro del Royal Bank of Canada (después que fue allanada su oficina en Zonamérica a pedido de la Justicia argentina aunque luego no se encontraron ilícitos) se fueron unos US$ 3.000 millones de argentinos.
Sardáns estima que los argentinos tienen US$ 400.000 millones fuera del país, por lo que Uruguay sigue siendo “la caja chica”.