Las compañías confirmaron el miércoles que exploraban un acuerdo. El gobierno francés se opone
Terremoto en la distribución europea. El grupo francés Carrefour es el objetivo de la canadiense Alimentation Couche-Tard, que ayer anunció una oferta de 20 euros por acción para hacerse con el gigante de los hipermercados, valorando el 100% en 16.145 millones. Un precio un 30% por encima del valor de los títulos de Carrefour al cierre de la sesión del martes, y un 14% sobre el precio al que cerró ayer, 17,5 euros, tras subir un 13%.
“Alimentation Couche-Tard confirma que ha remitido una oferta no vinculante a Carrefour para una absorción amistosa a un precio de 20 euros por cada acción”, decía en un comunicado la canadiense, detallando que el pago sería “en su gran mayoría en efectivo”.
Carrefour, que reconoció discusiones “muy preliminares” sobre una “combinación de negocios”, no valoró la oferta, pero sí lo hizo el Gobierno francés a través de su ministro de Economía Bruno Le Maire, que mostró su oposición “a priori” a que “pueda ser comprado por un competidor extranjero”. Además, recordó que el Ejecutivo puede oponerse al estar vigente un decreto de control sobre inversiones extranjeras en Francia.
La operación sorprende por el perfil de Couche-Tard, con un modelo radicalmente distinto al de Carrefour. Esta compañía canadiense tiene un valor bursátil de más de 26.000 millones de euros, 11.000 más que la francesa. En su último ejercicio completo facturó cerca de 35.000 millones, menos de la mitad de los ingresos de Carrefour. El 70% lo generó en EE UU, y obtuvo un beneficio de alrededor de 1.500 millones, con un negocio basado en la explotación de estaciones de servicio. Tiene más de 10.000 gasolineras, la mayor parte en EE UU y Canadá, y casi 12.000 tiendas de conveniencia, la práctica totalidad ubicadas en ellas. Un contraste con un grupo como Carrefour que hizo fortuna con los híper.
Aunque este también tiene un negocio de gasolineras, es minoritario dentro de toda su facturación. En el caso de la canadiense, estas generaron en el ejercicio que cerró en abril de 2020 más del 70% de la facturación, mientras que las tiendas supusieron el otro 30%, unos 10.000 millones de euros. Couche-Tard aparece en el puesto 97 en el último ranking de los mayores retailers que elabora cada año Deloitte, aunque solo con el negocio del comercio minorista. Este, como describe en su informe anual, se basa en “la venta de tabaco y productos alternativos, cerveza, vino, bebidas, artículos de alimentación, chucherías, snacks y de alimentación fresca”.
Al cierre del primer semestre del ejercicio fiscal 2021, Couche-Tard tenía una liquidez de 6.000 millones de dólares canadienses, unos 4.000 millones de euros. Su última compra fue en noviembre, en Hong Kong, donde absorbió 340 tiendas.
La oferta pone sobre la mesa la situación de Carrefour, que en 2018 lanzó un plan de transformación para reducir en 2.000 millones sus costes anuales, impulsar su marca propia y apostar por supermercados y tiendas de proximidad. España es su tercer país con 205 híper, 112 súper Carrefour Market, 820 tiendas de conveniencia Carrefour Express y 143 gasolineras. Entre enero y septiembre de 2020 las ventas fueron de 7.217 millones, un 7,5% más.
¿Quién hay detrás de Couche-Tard?
Derechos. El 46,75% de las acciones del grupo canadiense cotizan en Bolsa, y no tiene un accionista de referencia. El resto del capital está disperso, pero este se divide en acciones de dos tipos, A y B: las primeras otorgan 10 derechos de voto por cada título, mientras que las segundas solo uno. Los cuatro fundadores del grupo, Alain Bouchard, Jacques D’Amours, Richard Fortin y Réal Plourde, controlan el 67% de los derechos de voto de toda la compañía gracias a esto, especialmente el primero, Alain Bouchard: él solo controla el 35%. Carrefour, por su parte, tiene el 61% de las acciones en el mercado. Su accionista individual más relevante es la familia Moulin, propietaria de Galerías La Fayette, con un 12,62%, seguida de Bernard Arnault con el 8,6%.