Ideas ante la crisis: Todo se transforma. Nicholas Stern: ‘El futuro del planeta nos lo jugamos en las ciudades’.
La Comisión Europea se ha subido al tren de la economía circular con una paquete de medidas para estimular la transición el viejo continente hacia un nuevo modelo productivo y de consumo, basado en el cierre de los flujos y el reaprovechamientos de los residuos como recursos.
A tiempo para la Cumbre del Clima de París, la Comisión Europea considera que el estímulo de la economía circular puede ser vital para combatir del cambio climático, avanzar hacia un mundo más sostenible y crear al mismo nuevas posibilidades de empleo en campos como la innovación tecnológico, el reaprovechamiento de los recursos y la logística en las empresas y en las ciudades.
Bajo el lema Cerrar el Círculo, el apoyo institucional se concreta con el destino de 5.500 millones de euros, procedentes de fondos estructurales, para mejorar la gestión de residuos e invertir en procesos “regenerativos”, así como 650 millones de euros para investigación e innovación.
Los Países Bajos, avanzadilla europea de esta tendencia que cuenta ya con el apoyo de grandes compañía como Philips o Unilever, pretende convertir la economía circular en la “bandera” de su presidencia de la UE en los próximos seis meses. Junto al aeropuerto de Schiphol se está levantando ya el que aspira a ser el gran hotspot europeo de la economía circular.
La Comisión Europea ya dio un primer paso muy significativo hace tres años, con el lanzamiento del Manifiesto para una Europa Eficiente de Recursos. “En un mundo con presiones ambientales cada vez mayores, la UE no tiene otra elección que impulsar la transición hacia una economía circular y regenerativa”, podía leerse en el documento que ha servido de guía para acelerar la transición de la “economía líneal” en la que aún estamos a ese otro modelo que propone imitar los flujos de la naturaleza, donde no existen los residuos.
Acabar con el ‘extraer y fabricar, usar y tirar’
Entre otros objetivos, la UE se ha fijado el reciclado del 65% de los residuos municipales y del 75% de los envases de aquí al 2030, así como la eliminación progresiva de los vertederos hasta llegar a un máximo del 10% de los residuos en 15 años. Las nuevas medidas promueven la así llamada “simbiosis industrial” (convertir los subproductos de una industria en materias prima de otras), así como incentivos económicos para productos ecológicos que faciliten las recuperación, la reutilización, la reparación o el reciclado.
“Nuestro planeta y nuestra economía no podrán sobrevivir si mantenemos el enfoque de extraer y fabricar, usar y tirar”, ha advertido el holandés Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea. “Tenemos que conservar los recursos valiosos y explotar plenamente todo el valor que económico que atesoran. La economía circular trata de reducir los residuos y proteger el medio ambiente, pero también de cambiar profundamente el modelo de nuestra economía”.
El finlandés Jyrki Katainen, vicepresidente responsable de fomento de empleo, ha destacado también el papel que jugará en el futuro la economía circular como reactivador del mercado laboral: “El potencial del nuevo modelo para crear nuevos trabajos es enorme: La demanda de productos y servicios más eficientes se halla en plena expansión. Queremos lograr avances reales sobre el terreno y esperamos conseguir este objetivo conjuntamente no solo con los Estados miembros, las regiones y los municipios, sino también con las empresas, la industria y la sociedad civil».