El objetivo es usar una fuente de energía sostenible y casi ilimitada.
Las energías renovables requieren una gran dosis de tecnología e investigación previa, pero con los años su rentabilidad es muy alta, al igual que su beneficio para el planeta. Una de las menos exploradas es la energía geotérmica, que proviene del calor contenido en las profundidades de la Tierra. Según la EIA (Administración de Información de Energía de EE. UU.), ese calor es el resultado de partículas radiactivas como el uranio, el torio y el potasio en el núcleo de la Tierra que se descomponen lentamente. Y allí abajo puede hacer bastante calor: cerca de 6.000ºC. Y hay una compañía que quiere hacer el agujero más profundo del planeta para obtenerla.
Uno de los países con más experiencia en este tipo de energía es Islandia, que la convierte en electricidad a través del vapor. A medida que el agua se calienta en depósitos geotérmicos o acuíferos en la corteza terrestre, se crea vapor que hace girar turbinas que activan un generador y, a su vez, producen electricidad. Lo interesante es que cuando el vapor se convierte nuevamente en agua, se puede usar nuevamente para el siguiente ciclo.
“El contenido total de energía del calor almacenado bajo tierra supera nuestra demanda anual de energía como planeta por un factor de mil millones – explica Matt Houde, cofundador de Quaise Energy, la empresa que quiere aprovechar esta fuente energética –. Si aprovechamos apenas una fracción de eso es más que suficiente para satisfacer nuestras necesidades energéticas en el futuro”.
Si bien esta es una forma casi ilimitada de producción de energía sostenible, actualmente está siendo infrautilizada principalmente porque es necesario llegar muy profundo en la Tierra para aprovechar el calor. En Islandia es posible gracias a que su actividad volcánica y su ubicación, en una falla, facilitan que el calor ascienda. Pero en casi todo el resto del planeta y con la tecnología actual, es una misión imposible. O lo era.
Actualmente, el pozo perforado más profundo del mundo es el pozo de perforación Kola Superdeep en Rusia, cerca de Noruega. Se trata de un proyecto que comenzó en 1970 con el objetivo de perforar lo más profundamente posible en la corteza terrestre (cuyo espesor promedio es de unos 30 km). Pero el pozo Kola “apenas” llega a los 12 km., tiene un diámetro de 23 cm. y fueron necesarios 20 años para llevarlo a cabo.
La compañía Quaise Energy nació de la investigación de un científico del MIT, Paul Woskov, quien habría desarrollado una tecnología que permite vaporizar la roca mediante ondas milimétricas. Al reemplazar las brocas convencionales con energía de ondas milimétricas, es posible derretir y luego vaporizar la roca para crear muchos de estos agujeros profundos. El equipo de Woskov tardó más de 15 años en desarrollar esta técnica hasta que demostró que las ondas milimétricas podían perforar agujeros en el basalto. La tecnología le permitirá llegar a los 20 kilómetros (casi el doble del pozo Kola, donde la temperatura es de 180ºC) y las temperaturas pueden alcanzar los 500 ºC.
El plan es comenzar utilizando la tecnología convencional de perforación rotatoria desarrollada por las industrias del petróleo y el gas para atravesar las capas superficiales de la Tierra para luego cambiar a las ondas milimétricas de alta potencia, que son “ideales para la roca dura, caliente y cristalina, con las que tiene más dificultad la perforación convencional”, dice Houde.
De acuerdo con Quaise Energy, la primera planta de perforación estaría en funcionamiento en 2024. En 2026 podríamos contar con el primer sistema geotérmico, clasificado para 100 megavatios de energía térmica, lo que equivale a la cantidad de energía que consume una ciudad española cada 10 horas, aproximadamente. Y, en 2028, se podría comenzar a reemplazar las plantas de energía alimentadas por combustibles fósiles con plantas geotérmicas. Pero todo esto no se sabrá hasta que no se ponga la primera piedra del proyecto. O mejor dicho, se quite.