La capital china se encuentra en alerta roja durante cinco días por los altos niveles de polución atmosférica.
Desde este sábado, una densa capa de niebla tóxica cubre el cielo de Pekín. Es otro episodio de contaminación atmosférica, esta vez más grave de lo habitual, que ha llevado a las autoridades municipales a declarar la alerta roja, la más alta posible. Escuelas cerradas, restricciones al tráfico y paralización de fábricas son algunas de las medidas tomadas, además de recomendar a los 22 millones de residentes de la capital que no salgan a la calle.
La alerta entró en vigor el viernes a las ocho de la tarde. Durante el sábado los niveles de contaminación fueron altos, pero no alarmantes teniendo en cuenta la realidad que los pequineses viven día a día (y especialmente en invierno). Según los medidores instalados en la Embajada de Estados Unidos, la concentración de partículas PM2,5 en el aire —las más pequeñas y dañinas para la salud por su capacidad de infiltrarse en los pulmones— alcanzó durante el día una media de 250 microgramos por metro cúbico de aire. A las ocho de la tarde hora local, justamente 24 horas después de la entrada en vigor de la alerta, esta cifra alcanzaba los 420. La Organización Mundial de la Salud (OMS) da por bueno un nivel que no supere los 25, mientras que considera peligroso para la salud si supera el umbral de 300.
Con la alerta en vigor, los coches privados solamente pueden circular en días alternos dependiendo de si la última cifra de la matrícula es par o impar. Los automóviles más viejos, igual que los camiones, tienen prohibida su salida a las calles. Las escuelas primarias permanecerán cerradas lunes y martes y se ha dado flexibilidad a las de secundaria para que puedan cancelar las clases si lo consideran necesario. Las obras se han parado, así como más de un millar de fábricas que operan en las afueras de la ciudad.
El mensaje oficial a los ciudadanos es que reduzcan al máximo posible su actividad en el exterior. Las restricciones al tráfico y el hecho de ser sábado han provocado mucha menos congestión en las carreteras de lo que es habitual, y muchos de los pequineses que salían a la calle lo hacían ataviados con mascarillas. Algunos avispados que quisieron saltarse las normas y conducir con un coche de matrícula con terminación par (este sábado solamente tenían permiso los impares) eran parados por la policía y multados.
Aunque desde que empezó el invierno los cielos azules han escaseado en la capital china, se trata de la primera vez este año que Pekín activa el nivel más alto de alerta contra la contaminación. Según el recién aprobado plan de contingencia para estos casos, solamente se declara si se espera que el Índice de Calidad del Aire de la ciudad supere los 500 en un día o si se prevé que los niveles estarán en torno a los 200-300 durante cuatro días consecutivos. En esta ocasión se activó por esta última razón, pero no se descarta tampoco sobrepasar el primer umbral. El año pasado se declaró en dos ocasiones.
Además de Pekín, una veintena de ciudades más del norte de China han declarado alertas similares, entre ellas Tianjin o Shijiazhuang. En esta última, considerada una de las ciudades más contaminadas del país, se alcanzó a principios de mes un pico de 740 microgramos por metro cúbico. En Pekín quedan tres días de bruma (la alerta no termina hasta el miércoles); veremos hasta qué cifra se llega.