En Pekín y otras ciudades, los niveles de agentes contaminantes mortales han aumentado hasta 40 veces el límite de exposición recomendado. Para evitar consecuencias, los padres de los chicos están tomando medidas drásticas que afectan la vida de los infantes.
Debido a la contaminación ambiental existente en China, los padres encierran a sus hijos en las casas. Los colegios están cancelando las actividades al aire libre y las excursiones, y aquellas familias que tienen un buen pasar económico, buscan colegios en función de los sistemas de filtración del aire; algunas escuelas internacionales han construido enormes cúpulas sobre los campos de deporte para garantizar una respiración saludable.
Pero el tema se pone cada vez peor ya que, ante la situación, algunos ciudadanos ya han empezado a irse de China, lo que podría provocar una pérdida de talento y de experiencia. También se sabe que hay extranjeros que están rechazando trabajos en ese país o negociando con sus empresas una compensación por los problemas medioambientales que sufren hoy en día.
Aún no hay estadísticas sobre el número de personas que se marchan, pero en los microblogs y en los foros chinos sobre el cuidado de los hijos, se habla cada vez más de marcharse. Además, los ciudadanos están planteando tomarse unas vacaciones en lo que llaman “lugares con aire limpio”, como Tíbet, Hainan y Fujian.
“Llevo aquí seis años y nunca he visto un nivel de ansiedad como el que existe ahora”, señala Richard Saint Cyr, un médico de familia del Hospital United Family de Pekín. “Ni siquiera yo he estado nunca tan preocupado como lo estoy ahora. Ha sido extraordinariamente malo”, aclaró. “Muchas madres, especialmente, se han estado replanteando su vida en Pekín. Creo que muchas están hartas de dejar en casa a sus hijos”, agregó.
Un estudio publicado por The New England Journal of Medicine muestra que los niños expuestos a altos niveles de contaminación del aire pueden sufrir daños permanentes en los pulmones. La investigación se realizó en la década de 1990 en Los Ángeles, donde el nivel de contaminación era mucho más bajo del que existe actualmente en China.
Por su parte, investigadores de la Universidad de Columbia realizaron un estudio en Nueva York, donde descubrieron que la exposición prenatal a los agentes contaminantes del aire podía causar en los niños ansiedad, depresión y problemas de concentración.
Un informe de Deutsche Bank indica que el uso de carbón y las emisiones de los automóviles aumentarán la contaminación del aire a un 70% entre la actualidad y el año 2025.
Como medidas extremas, los padres de familia optan por comprar purificadores de aire. IQAir, una empresa suiza, fabrica purificadores que cuestan hasta 3.000 dólares en China. Según Mike Murphy, el consejero delegado de IQAir China, las ventas se han triplicado en los tres primeros meses de 2013 con respecto al mismo periodo del año pasado.