Los bancos de capitales extranjeros estudian un plan de beneficios que involucra descuentos, cuotas sin interés e incentivos para quienes pagan el 100% de la tarjeta. Todavía no hay resolución al respecto.
Comenzó la guerra de descuentos que tiene como principal “sponsor” a Guillermo Moreno, y parece no detenerse. Después de la sorpresiva medida tomada por la Asociación de Bancos Argentinos (AdeBA) y la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la Argentina (ABAPrA), que impone un tope del 30% a las tasas de financiación de saldos con las tarjetas de crédito, los bancos de capital extranjero nucleados en la Asociación de Bancos Argentinos (ABA) saldrán a responder con mayor fuerza.
En esa línea, se están estudiando tres medidas de alto impacto para lo que hoy representan las características del mercado doméstico. En principio, se proyecta la instrumentación de un sistema de beneficios que servirá para compensar a los clientes que cancelen sus consumos con tarjetas de crédito en una sola cuota. También han pensado en lanzar un amplio plan de financiación de hasta 12 cuotas sin interés que no estaría sólo acotado al rubro de alimentos, sino que se extenderíaa a productos y servicios de diferentes sectores, aunque no se sabe aún cuáles. El último punto tiene que ver con sostener el amplio caudal de descuentos para las compras en supermercados.
Una alta fuente de uno de los principales bancos privados indicó que “el objetivo es llegar al mayor número de clientes posible y beneficiar directamente al consumidor”.
Los bancos extranjeros utilizan este argumento para concentrar su accionar en una parte del 80% de los clientes que utilizan su tarjeta de crédito y no refinancian sus saldos (lo que se denomina “revolving”). El resto de las entidades nucleadas en AdeBA y ABAPrA ha puesto el foco de los beneficios en los clientes que desean utilizar una financiación bancaria para el pago de sus consumos.
ABA tiene un gran número de clientes de tarjeta de crédito: en el BBVA Francés son 1,7 millones (36,5%), el Santander Río tiene 1,4 millones (entre 33,5% y 42,58%) y el HSBC 1,2 millones (41,1%).
Por último, algunas versiones indican que el Banco Central está trabajando en una serie de topes y controles a las tasas de préstamos personales. Los analistas señalan que el rumos encajaría perfecto en este escenario, ya que la Ley de Tarjetas de Crédito vigente postula que los bancos tienen un límite para el costo financiero que cobran a sus clientes en la financiación de los saldos con tarjeta, un margen que no excede el 25% por encima de la tasa promedio de los préstamos personales.