La Corte decidirá si autoriza un ADN para aclarar el origen de San Martín

La familia De Alvear asegura que el Padre de la Patria fue el hijo extramatrimonial de un militar español y hermano del también general Carlos María de Alvear. Tras un fallo favorable en primera instancia, la Cámara Civil rechazó un análisis genético al Libertador, que murió en 1850.

A 167 años de su muerte, el origen de José de San Martín sigue generando incertidumbre, al punto que será la Corte Suprema de Justicia la que deberá decidir si se le hace un examen de ADN a sus restos, que descansan en la Catedral metropolitana, luego de que una jueza de primera instancia avalara su realización y de que, esta semana, la Cámara Civil la rechazara.
El planteo surgió en el año 2000, de descendientes vivos de Diego de Alvear y Ponce de León, importante político y militar español de finales del siglo XVIII, y quien además fue bisabuelo del ex presidente argentino Marcelo Torcuato de Alvear. De acuerdo a la hipótesis familiar, el general San Martín es hijo de Diego De Alvear y una mujer de origen indio, y no de Juan de San Martín y Gregoria Matorras, tal como marca la historia escrita sobre el Libertador. De confirmarse esa teoría, San Martín sería hermano de Carlos María de Alvear, otro de los generales fundamentales de la Argentina de la primera mitad siglo XIX, y con quien San Martín mantuvo una fuerte rivalidad durante parte de su carrera militar y política, ya que fue crítico de la creación del Ejército de Los Andes que encabezó San Martín hacia la independencia de Chile y Perú.
“Si es necesario, la familia De Alvear va a seguir el reclamo hasta la Corte”, le dijo a El Cronista Hugo Chumbita, abogado que representa a parte de la dinastía De Alvear que reclama por la realización del ADN. En el marco del expediente “De Alvear, Emilio José y otro s/ filiación”, radicado en 2015, la jueza en lo Civil Marta Gómez Alsina respaldó la solicitud de la familia y ordenó que se le realizara un ADN a los restos de San Martín. Abogados del Ministerio de Cultura de la Nación, en representación del Instituto Nacional Sanmartiniano, apelaron esa decisión y el caso fue a Cámara.
El miércoles, la Sala I de ese tribunal de alzada del fuero Civil, integrada por Carmen Ubiedo, Patricia Castro y Paola Guisado, revocó el fallo y negó el ADN a San Martín por entender que los De Alvear “no están legitimados” para hacer el reclamo del parentesco. Además, le impusieron a la familia el pago de las costas de las dos instancias en las que se tramitó el caso. En una eventual intervención ante la Corte, la familia De Alvear ofrecerá una muestra de sangre que tienen de Emilio De Alvear, fallecido hace algunos años, pero descendiente directo de la influyente dinastía argentina de los últimos dos siglos.
Abogado e investigador que asesoró al Ministerio de Cultura en el expediente, Diego Sarcona se refirió a la inviabilidad de realizarle un estudio al cuerpo de San Martín: “Particularmente yo me opongo a un ADN, basado en las opiniones de dos especialistas de los más importantes del país, que argumentan que es muy difícil obtener de los restos de San Martín, a 167 años de su muerte, algún marcador genético que pueda ser contrastable”.
Según revela la historia argentina, sustentada a lo largo de los años, San Martín nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, localidad correntina que por entonces pertenecía al Virreinato del Río de La Plata. Fue el menor de los cinco hijos que tuvieron Juan de San Martín y Gregoria Matorras, y falleció en Boulogne-sur-Mer, Francia, el 17 de agosto de 1850.
Carlos María de Alvear, quien de acuerdo a la teoría esbozada por la familia De Alvear sería su medio hermano, nació en 1789 y falleció en 1852, y fue contemporáneo de San Martín en los años de la incipiente Argentina, posterior a 1816. El padre de éste, y presunto progenitor de San Martín, fue Diego de Alvear y Ponce de León, quien se asentó en el actual territorio argentino en 1774, cuatro años antes que naciera San Martín en Yapeyú. Según la hipótesis familiar, el Padre de la Patria habría sido gestado por él, a raíz de una relación extramatrimonial con una empleada de origen indio. Casi dos siglos después, la Justicia argentina todavía indaga acerca de su origen.