La deuda que afecta a la Zona Euro se extiende hacia países antes considerados “sanos” en medio de la crisis: Finlandia y Bélgica. El Instituto de Estudios Europeos, en su informe “Default-Index 2014”, advierte que algunas economías han pasado por remansos de paz durante los años más graves de la crisis del euro pero hoy se encuentran al borde de una situación peligrosa.
El Default-Index mide la capacidad de endeudamiento de los países. También manifiesta la preocupación por la deuda italiana y, sobre todo, por la griega, señalando que “es posible que nunca sea devuelta”. Sin embargo, es bastante optimista respecto a la evolución de la deuda española. Aconseja seguir avanzando en las reformas y en las políticas de austeridad “tanto para combatir la deuda soberana como para luchar contra el alto desempleo”. Los autores del estudio se quejan que de España “sigue consumiendo demasiado”, pero notan un desarrollo muy favorable de las exportaciones. España, en definitiva, les parece un país encaminado hacia la solución del problema de la deuda.
El presidente del Consejo del CEP, Lüder Gerken, advierte que el BCE consiguió mantener a raya los ataques de los mercados ante estas evidentes situaciones de debilidad y augura que “esto puede terminar costando muy caro a Europa”. Gerken señala como “extremadamente alarmante” que países como Finlandia “se estén convirtiendo ahora en países problema”, y teme por la capacidad de la Zona Euro para seguir gestionando crisis de semejante calado.
La ministra de Finanzas de Finlandia, Jutta Urpilainen, criticó los rescates y llegó a sugerir que su país estaría dispuesto a plantearse la decisión de abandonar la Zona Euro antes que verse forzado a pagar las deudas contraídas por otros, pero el caso es que su país está perdiendo ante la recesión y la deuda pública.