La crueldad del aparato de represión de Irán: ordenan la amputación de cuatro dedos de la mano con una guillotina

Tres detenidos han sido condenados a que les corten completamente cuatro dedos de la mano derecha para que solo les queden la palma y los pulgares.

Las autoridades iraníes se preparan para infligir el «cruel e irreversible castigo» de la amputación de un dedo a tres presos a partir del 11 de abril, según ha denunciado Amnistía Internacional. Los tres arrestados, Hadi Rostami, Mehdi Sharfian y Mehdi Shahivand, fueron condenados mediante tortura en juicios injustos el pasado 13 de marzo de 2025 y se encuentran detenidos en la prisión central de Urumieh, provincia de Azerbaiyán Occidental.

En octubre de 2024, las autoridades amputaron los dedos de dos hermanos en la misma prisión con una guillotina, lo que alertó de que estaban preparados para ejecutar más sentencias de amputación.

“La amputación constituye tortura, un delito de derecho internacional y un atentado flagrante y abominable contra la dignidad humana. Instamos a las autoridades iraníes a que detengan de inmediato todos los planes para ejecutar estas sentencias crueles e inhumanas y abolan todas las formas de castigo corporal en la ley y en la práctica”, declaró Sara Hashash, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

«Durante años, estos hombres han vivido en una pesadilla, conscientes de que las autoridades podrían mutilar sus cuerpos en cualquier momento, cometiendo torturas con secreto judicial. Las amputaciones planeadas, basadas en «confesiones» obtenidas bajo tortura y tras juicios manifiestamente injustos, son un escalofriante recordatorio de la disposición de las autoridades iraníes a infligir un sufrimiento irreversible y de que el sistema judicial iraní es un engranaje vital en la maquinaria de la tortura», explica AI.

“Las autoridades fiscales y judiciales responsables de ordenar y ejecutar estos crímenes deben saber que están sujetos a un proceso penal conforme al derecho internacional, y los Estados deben buscar vías legales para exigirles responsabilidades mediante la jurisdicción universal”.

En una carta de noviembre de 2024, Hadi Rostami, Mehdi Sharfian y Mehdi Shahivand describieron su angustia mental y la «pesadilla constante» de esperar el cumplimiento de su sentencia, afirmando: «No hemos podido dormir ni comer, esperando ansiosamente el cumplimiento de nuestras propias sentencias… Esta pesadilla debe terminar para que podamos encontrar el camino de regreso a la vida».

Hadi Rostami (38), Mehdi Sharifian (42) y Mehdi Shahivand (29) han soportado años de tortura mental, con reiteradas amenazas de amputaciones por parte de las autoridades.

Los tres fueron arrestados en agosto de 2017 y condenados por robo en 2019 tras un juicio manifiestamente injusto. Según el veredicto judicial, están condenados a «que les corten completamente cuatro dedos de la mano derecha, de modo que solo les queden la palma y los pulgares».

Según las fuentes consultadas por Amnistía Internacional, los hombres fueron torturados mediante golpes, patadas, azotes con un cable y colgados de las muñecas y los pies durante los interrogatorios. A Hadi Rostami le rompieron la mano y los interrogadores le quitaron los pantalones a Mehdi Shahivand y amenazaron con violarlo con un objeto de madera a menos que se incriminara a sí mismo y a los demás.

Las autoridades iraníes, incluidos los jueces de la Corte Suprema, incumplieron su obligación de ordenar investigaciones sobre las denuncias de tortura de los hombres.

Las autoridades iraníes han dictado al menos 384 sentencias de amputación y ejecutado al menos 223 desde 1979, según el Centro Abdorrahman Boroumand, una organización de derechos humanos con sede fuera de Irán. Las autoridades no publican cifras oficiales sobre las sentencias de amputación dictadas o ejecutadas, por lo que es probable que las cifras reales sean mucho mayores, según AI.

En Irán, las víctimas de amputaciones provienen, en su gran mayoría, de entornos pobres y vulnerables. Al mutilarlas deliberadamente, las autoridades iraníes las privan aún más de sus medios para trabajar y sobrevivir, especialmente en una sociedad donde las personas con discapacidad física sufren una discriminación generalizada.

La ley iraní exige la presencia de un médico durante los castigos corporales, lo que viola las directrices éticas y las normas internacionales que prohíben expresamente la participación de los profesionales de la salud en la tortura. Los médicos presentes durante la ejecución de las penas de amputación son cómplices del delito de tortura.