El Presidente de la Academia Argentina de Lenguaje, Pedro Barcia, definió de esta manera el problema educativo que tiene el país. Esta mañana, en la 99.9, agregó que “las soluciones que se están dando no son integrales”.
La educación argentina parece haber perdido el rumbo. Los constantes cambios que desde la política se aplican, no colaboran con un mejor proceso educativo para los niños que en algunos casos llegan con muchas dificultades incluso al primario.
Esta mañana, en la 99.9, el Presidente de la Academia Argentina de Lenguaje, Pedro Barcia, señaló que “lo ideal sería que los chicos de primer grado ya tengan la capacidad de leer y escribir pero esta preocupación se está chupando las otras dos competencias básicas en el hombre que son hablar y escuchar que depende de la educación en la casa donde se les presta poca atención”.
Es una falencia que se ha incrementado y tiene que ver también con el entorno familiar: “ha crecido enormemente la discapacidad de prestar atención de los chicos y los padres no tienen tiempo suficiente los padres para responder las preguntas de los niños. El jardín tiene que encargarse de cosas que antes no tenía que hacer y se pierde el eje sobre el hecho de leer o escribir”, explicó.
Por otro lado, destacó que no es una falencia del kirchnerismo esta baja en el nivel educativo, sino que se ha dado durante muchos años hasta llegar a un punto crítico como el que se vive ahora. “No hay que pensar que el estado de deterioro es de este gobierno. Hace 30 años que comenzó la debacle pero nunca prestamos atención a las señales que el mismo Ministerio de Educación mediante sus estadísticas nos estaba diciendo. Las soluciones que se están dando no son integrales”, dijo Barcia.
Las calificaciones están en el centro de atención hoy después de que se sacaran los aplazos como calificación: “no se puede proponer en la calificación del primer ciclo del primario una nota como malo, regular, bueno y muy bueno. Si es regular, es malo, está desaprobado. Es una cosmética ridícula porque en la vida no se trata de disimular las dificultades, sino de asumirlas”, opinó.
Lo malo de esta situación para los niños es que se termina engañando a aquellos que deben solucionar problemas para seguir adelante, sin darles la capacidad de crecer y progresar. “Son situaciones populistas que engañan a la criatura porque cuando el chico egresa del secundario es un paria, no puede ni hablar ni escribir. Más del 52% no entiende lo que lee y tienen graves faltas de ortografía lo que descalifica a la persona socialmente y además, no pueden leer un texto en voz alta. El estado ahí no está, cuando no le dan un trabajo porque no pueden hacer dos oraciones en una presentación”, destacó el Presidente de la Academia Argentina del Lenguaje.
Exigir a un chico en su aprendizaje no está mal, todo lo contrario, lo prepara para lo que le tocará en la vida. Para Barcia, es el sentido real de la educación: “la vida es exigencia y si no lo prepara para la vida, no lo prepara para nada. La educación es situarlos en la vida ante sus dificultades. Sino le muestran una falsa pendiente donde el chico se pierde”.
Todos estos problemas, llevados a un contexto social nos terminan definiendo como sociedad, teniendo en cuenta la constante actitud de infringir la ley que parecen tener los argentinos y que nadie se preocupa por sancionar o penar: , finalizó.