El brote comenzó en agosto pasado y ya es el segundo más letal de la historia.
La epidemia de fiebre hemorrágica Ébola que se desató en agosto pasado ya causó la muerte de más de mil personas en la República Democrática del Congo, en una situación que se tornó “profundamente preocupante”, alertaron expertos y autoridades locales.
“A fecha de 2 de mayo de 2019, el Ministerio de Sanidad registró más de 1.000 muertes por la enfermedad del virus del ébola en las provincias de Kivu del Norte e Ituri”, señaló en el último parte sanitario el ministro congoleño de Sanidad, Oly Ilunga Kalenga. La actual epidemia es la segunda más letal que se registra, después de la que mató unas 11.300 personas en el occidente de África entre 2013 y 2016.
Los esfuerzos para controlar la epidemia fueron obstaculizados por conflictos armados y también por la resistencia en las comunidades locales a medidas preventivas y los entierros sanitarios seguros.
“En total, hubo 1.008 muertes: 942 confirmadas y 66 probables”, apuntó el Ministerio de Salud.
Este país del centro de África declaró en agosto pasado su 10ª epidemia de Ébola en 40 años, centrada en la ciudad de Beni, en la norteña provincia de Kivu, pero el virus parece haberse extendido a la región vecina de Ituri.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) había expresado esperanzas de poder controlar la epidemia con ayuda de una nueva vacuna. Sin embargo, altos funcionarios de la entidad admitieron que la inseguridad reinante, la escasez de recursos y la actitud de políticos locales que fomentan la desconfianza hacia los trabajadores de salud afectaron seriamente los esfuerzos.
“Estamos hablando de una situación difícil y volátil”, dijo Michael Ryan, director ejecutivo de la OMS para programas de emergencia, durante un encuentro con periodistas en Ginebra el viernes. “Estamos anticipando un escenario de transmisión continuada e intensa”, añadió.
Diversos grupos rebeldes disputan el poder y los recursos naturales en la región de Ituri y el norte de Kivu, en un escenario que generó un total de 60.000 desplazados en el mes de abril. Esta situación torna muy difícil para los trabajadores de salud tener acceso a estas zonas y a familias que podrían tener contacto con el virus de Ébola. Se estima que ese grupo de personas expuestas podría ascender a hasta 12.000 personas.
Pero más allá de los grupos armados, las comunidades “están siendo manipuladas” para que no colaboren con los esfuerzos contra el Ébola, dijo Ryan, aún una consecuencia de las campañas electorales de las elecciones que se realizaron en diciembre.
Esas comunidades “tienen que recibir garantías de que todos están apoyando la respuesta de salud y que el Ébola no puede ser politizado en ese proceso”, agregó.