Un empleado que vivía en Australia; millonarios fondos para el gremio legislativo y más de 2000 pases a planta permanente en el último año son algunas de las irregularidades que detectó la vicepresidenta Gabriela Michetti. Los hallazgos podrían llegar a la Justicia y complicar aún más la situación procesal del exfuncionario K.
Con cada revelación, la herencia del multiprocesado exvicepresidente, Amado Boudou, adquiere ribetes más insólitos. A poco más de dos meses de su asunción, las nuevas autoridades del Senado continúan descubriendo irregularidades de la gestión del extitular de la Cámara Alta.
Ahora, la vicepresidenta Gabriela Michetti encontró casos que podrían terminar en la Justicia y que se suman a los más de 2000 pases a planta permanente firmados por Boudou en el término de su mandato.
Junto al hallazgo de un empleado del Senado que vive en Australia, las nuevas auditorías hallaron la cesión de unos $160 millones anuales a la Asociación del Personal Legislativo (APL) para ser utilizado bajo el concepto de “ayuda social” sin obligación de rendir cuentas sobre uso o destino.
En tanto, la directora de Prensa de la Cámara Alta, Paula Schuster, descubrió que Senado TV es una marca que está en manos de un privado, al que se le tercerizaba la gestión del canal que transmite las sesiones del cuerpo y en el que se gastó $126 millones de pesos el último año.
Mientras los programas se realizaban con recursos del Senado, que pagaba los insumos y los salarios del personal que hacía los programas; la Cámara Alta también le pagaba un canon mensual a una firma, supuesta propietaria de Senado TV.
Pero el área donde más claro se ve el desorden administrativo dejado por el kirchnerismo en el Senado es el del personal, donde el número de empleados de la Cámara pasó de los casi 2000 permanentes que dejó Julio Cobos tras su gestión a los 4900 que recibió Michetti en diciembre de parte de Boudou.
Los nuevos funcionarios de Personal se encontraron con un caso llamativo: cuando trataron de contactar a un empleado que figuraba cumpliendo una adscripción, se sorprendieron al enterarse de que esa persona vivía en Australia. Resta determinar si se está ante un típico caso de empleado “ñoqui” o si se trató de una defraudación y un tercero cobraba ese sueldo.
Las auditorías encargadas por Michetti estarían listas para el fin de esta semana y podrían desnudar la verdadera “herencia” de Boudou.