Las demandas han sido interpuestas por Riley Franz, de 17 años, uno de los seis estudiantes que resultaron heridos en el tiroteo, en el que cuatro de sus compañeros perdieron la vida.
La escuela de secundaria de Oxford (Michigan, EEUU) donde hubo un tiroteo mortal la semana pasada afronta dos demandas que reclaman daños por valor de 100 millones de dólares, anunció este jueves uno de los abogados de las víctimas del suceso.
Las demandas han sido interpuestas por Riley Franz, de 17 años, uno de los seis estudiantes que resultaron heridos en el tiroteo, en el que cuatro de sus compañeros perdieron la vida y un profesor también resultó herido. También figura como demandante la hermana de Franz, Bella, que estaba al lado de su hermano cuando este recibió un disparo en el cuello.
El abogado de los dos hermanos argumenta que el centro no hizo lo suficiente para proteger a los estudiantes del alumno Ethan Crumbley, de 15 años, quien el 30 de noviembre pasado entró en ese instituto con una pistola, se dirigió a los baños y comenzó a disparar a quienes estaban cerca. Según el abogado de los dos hermanos, “el horror del 30 de noviembre de 2021 pudo haberse evitado por completo”.
El letrado alega que los responsables de la escuela secundaria de Oxford ignoraron algunas señales preocupantes sobre las intenciones de Crumbley, como mensajes en las redes sociales. También acusa al director de la escuela, Steven Wolf, de haber minimizado los riesgos que podía suponer Crumbley en los días anteriores al tiroteo.
Además de Wolf, en la demanda figuran como acusados el responsable del distrito escolar de Oxford, Timothy Throne, así como el encargado de los asuntos administrativos y presupuestarios del instituto, Ryan Moore, y otros miembros de su plantilla que no aparecen identificado por nombre.
Esta demanda se ha interpuesto por la vía civil, por lo que los afectados buscan una indemnización. Por la vía penal, se ha acusado a Crumbley de cuatro cargos de asesinato en primer grado, siete de asalto con intento de asesinato y doce por posesión de un arma de fuego. El joven será juzgado como un adulto, se ha declarado no culpable y afronta una pena máxima de cadena perpetua. Sus padres, James y Jennifer Crumbley, han sido imputados con cuatro cargos cada uno de homicidio involuntario.
Según la Fiscalía, el padre compró, estando su hijo presente, el arma de fuego semiautomática con la que días después Ethan presuntamente disparó, mientras que la madre hizo caso omiso de las advertencias de los profesores que habían avisado de que su hijo había estado buscando con su teléfono información sobre municiones.
En los últimos años han aumentado en EEUU los tiroteos en centros educativos: solo en 2021 ha habido 149 incidentes con armas de fuego en zonas escolares, lo que ha dejado 32 fallecidos y 94 heridos, de acuerdo al recuento del grupo a favor del control de armas Every Town For Gun Safety.