Cataluña y Madrid se muestran en contra de la medida que Sanidad quiere proponer a las comunidades y que apoyan distintas sociedades médicas.
El Gobierno ha vuelto a avivar la polémica del humo y las terrazas. El Ministerio de Sanidad tiene intención de trasladar a las comunidades autónomas la propuesta de prohibir fumar en las terrazas al aire libre de bares y restaurantes de todo el país, con independencia de que puedan mantenerse los dos metros de distancia de seguridad. La propuesta, que por el momento es simplemente un borrador, tiene como objetivo “actuar sobre el tabaquismo como factor de riesgo de infección y de contagio de la Covid-19” para “contribuir al control de la evolución de la enfermedad en España”.
La medida, que ya se aplica en seis comunidades de España (Baleares, Canarias, Cantabria, Comunidad Valenciana, Asturias y Aragón), ha soliviantado los ya de por sí mermados ánimos de muchos hosteleros, que han visto cómo sus negocios se han ido al garete por la pandemia. El Gremio de Hostelería de Barcelona, por ejemplo, rechazó ayer de plano la posible prohibición al humo en las zonas exteriores al considerar que la medida “no se encuentra avalada por ningún tipo de informe científico”.
Asimismo, la presidenta Isabel Díaz Ayuso tildó de “ocurrencia” la iniciativa y pidió no “meter más reglamento, más normativa, para confundir a los ciudadanos”. Cataluña también se ha mostrado contrario a la propuesta del Gobierno. “¿Prohibirlo? No. Limitarlo sí, en un espacio privado claramente”, pedía el secretario de Salud Pública de la Generalitat de Cataluña, Josep Maria Argimon.
De llevarse a cabo, la medida también afectaría a cientos de miles de fumadores de nuestro país, que encuentran en la combinación de tabaco, cerveza y patatas bravas uno de los mayores placeres que existen. Pero, ¿tiene algún sentido prohibir el tabaco en las terrazas como medida para evitar la propagación del virus? ¿Los lugares al aire libre no eran seguros? ¿Qué dice la ciencia al respecto?
El debate no es nuevo. Hace un año, durante el pasado mes de mayo, diversas sociedades médicas y científicas españolas se posicionaron en contra del humo en las terrazas en pleno proceso de desescalada. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) fue una de las primeras en alzar la voz. La SEPAR, que reúne a más de 4.500 profesionales de la salud respiratoria, recomendaba ya por entonces no fumar en las terrazas y espacios públicos porque aumenta el riesgo de contagio “tanto para los fumadores como para las personas del entorno”.
“Al fumar y exhalar el humo, ya sea tabaco convencional o dispositivos electrónicos, se expulsan diminutas gotitas respiratorias que pueden contener carga viral y ser altamente contagiosas. Pero además, al fumar, es inevitable llevarse la mano a la boca, a la nariz o a la cara, lo cual facilita la entrada del virus en el aparato respiratorio”, explica Carlos A. Jiménez-Ruiz, neumólogo y presidente de SEPAR. “Añadimos un nuevo factor de riesgo, ya que con el uso obligatorio de mascarillas que rige en el momento actual, el sujeto cuando realiza el acto de fumar debe quitársela y ponérsela, lo cual aumenta el riesgo de manipulación de la mascarilla y, en consecuencia, el riesgo de contagiar”, añade.
Tal y como explicó la Separ, las gotitas respiratorias son “partículas diminutas, invisibles al ojo humano”, que se expelen al hablar, toser, estornudar o respirar y que pueden transportar gérmenes infecciosos de un individuo a otro. “La evidencia científica ya nos ha demostrado que el coronavirus se transfiere entre personas a través de las gotitas de Flügge y por vías de contacto con superficies por lo que nuestra recomendación ahora más que nunca es no fumar”, decía el doctor Signes-Costa, coordinador del Área de tabaquismo de Separ.
La evidencia respalda la medida
La SEPAR no es la única organización que se ha posicionado en contra del humo en las terrazas de los bares. El pasado mes de febrero, otra importante sociedad médica de nuestro país, esta vez la de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) también se posicionaba radicalmente en contra. “Ante el aumento generalizado de la incidencia de los contagios por Sars-CoV-2 en nuestro medio, la Semfyc manifiesta su preocupación por el riesgo que supone para la transmisión del virus el permitir fumar y vapear en las terrazas de la hostelería”, dicen los médicos de familia españoles.
“Los aerosoles que transmiten este virus están formados por partículas muy pequeñas en suspensión (de tamaño inferior a 100 micras), que pueden llegar mucho más allá de la distancia contemplada en el acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (1,5 metros)”, dice el organismo. “Se han detectado partículas portadoras de virus capaz de infectar a 4,8 metros, y en ciertas condiciones ambientales, hasta los 8 metros. Además, estas partículas son capaces de permanecer mucho más tiempo suspendidas en el aire que las partículas de un tamaño superior, lo cual incrementaría el riesgo de contagio”.
La Semfyc cargaba aún más las tintas al señalar que, pese a que la evidencia apunta a los lugares cerrados como los sitios en los que se producen un mayor número de contagios, “no puede asegurarse” que esta transmisión no se realice también en espacios abiertos. “Cuando se permite fumar o utilizar otros dispositivos susceptibles de liberar nicotina en una terraza, se pone en riesgo a las personas que se encuentran en ella, así como al propio fumador que, durante varios minutos, permanece expuesto a los aerosoles de otros sin mascarilla”, señala la sociedad médica, que también alerta de que un fumador puede llevarse la mano a la boca más de 300 veces al día con una cajetilla.
La evidencia es clara desde hace tiempo y apunta no sólo que es más fácil contagiarse del coronavirus en una terraza cuando alguien se encuentra fumando, sino que, además, los fumadores tienen un mayor riesgo de padecer una Covid-19 grave y un peor pronóstico. El motivo es que las sustancias tóxicas que podemos encontrar en el tabaco influyen negativamente en las defensas de los pulmones, facilitando que cualquier patógeno infecte los pulmones de un fumador. De ahí que la enfermedad en estos sujetos tenga un pronóstico más grave que en los que no consumen tabaco.
Las sociedades médicas españolas no son las únicas que han advertido de los potenciales riesgos del tabaco y la Covid-19. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en mayo una declaración en la que advertía de que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer Covid-19 que los no fumadores. “El consumo de tabaco es además un factor de riesgo importante de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, algunas enfermedades respiratorias y la diabetes, y las personas que padecen esas enfermedades tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de verse afectadas por la Covid-19”, dice la OMS.
Sanidad ha explicado que, por el momento, el borrador es un documento de trabajo abierto y sometido aún a consideraciones técnicas. La medida se acordó en agosto para los casos en los casos en los que no se puediera garantizar la distancia interpersonal de dos metros. Ahora, la intención del Ministerio dirigido por Carolina Darias es que no haya excepciones y las terrazas sean espacios sin humo de forma definitiva, al menos en lo que reste de pandemia.