La política colombo-francesa confesó que quiere ser presidenta para “romper las cadenas que por décadas han mantenido al país en la corrupción y la violencia”.
La exsenadora Ingrid Betancourt, quien permaneció más de seis años secuestrada por la desmovilizada guerrilla de las FARC, anunció este martes su precandidatura a la presidencia de Colombia. En una conferencia de prensa desde Bogotá, Betancourt dijo que participará en la consulta electoral de la que saldrá el candidato de una coalición de fuerzas de centro. Si triunfa, disputará la primera vuelta presidencial el próximo 29 de mayo. La política colombo-francesa confesó que quiere ser presidenta para “romper las cadenas que por décadas han mantenido a Colombia en la corrupción y la violencia”.
Betancourt, de 60 años, evocó su secuestro hace 20 años a manos de los rebeldes de las extintas FARC. “Fui secuestrada como candidata presidencial de Verde Oxígeno enfrentándome a las maquinarias corruptas. Hoy estoy aquí para terminar lo que empecé con muchos de ustedes en el 2002. Con la convicción de que Colombia ya está lista para cambiar de rumbo”, sostuvo la flamante candidata.
“Quiero ser la presidenta de los colombianos para asegurarme de que la riqueza del país irá a los niños y a los jóvenes a los que la guerra les quitó lo que podían ser“, manifestó Betancourt, que se presenta como una alternativa de centro ante la disputa entre la derecha en el poder y la izquierda que encabeza el exalcalde y exguerrillero Gustavo Petro, favorito en las encuestas. “Por décadas hemos tenido sólo malas opciones: extrema derecha, extrema izquierda. Ahora llegó el momento de tener una opción de centro”, que se materializa en la Coalición Centro Esperanza, dijo la exsenadora.
La vuelta a la política
El 23 de febrero de 2002 Betancourt, entonces candidata presidencial por el partido Verde Oxígeno, fue secuestrada por la guerrilla de las FARC cuando visitaba la antigua zona de distensión establecida para los diálogos de paz en San Vicente del Caguán, en el departamento sureño del Caquetá. Su secuestro se prolongó por más de seis años, hasta que fue rescatada junto con otros 14 cautivos por las Fuerzas Armadas en la “Operación Jaque”, el 2 de julio de 2008, tras lo cual Betancourt se alejó de la política y se estableció en Europa, de donde regresó esporádicamente al país.
En su discurso de este martes, la exsenadora hizo referencia a una agenda “apremiante” que incluye “acabar con el hambre y transformar el mundo, un mundo con visión de mujer”, e indicó que trabajará “sin descanso” para convertirse en presidenta de Colombia. También reclamó “los derechos de los 51 millones de colombianos que no encuentran justicia”, porque viven en un sistema organizado “para garantizar la impunidad”.
“Nos vamos a unir y transformar a Colombia desde adentro, desde nuestras entrañas, desde nuestras emociones, con nuestra fe puesta en Dios. Vamos a aprender de nuevo a ser ciudadanos libres”, prometió Betancourt.
La motivación que la impulsó a lanzarse nuevamente a la carrera presidencial, indicó, ha sido el dilema entre “seguir mirando las cosas desde la barrera o arremangarse la camisa y ponerse donde se pueda ayudar”, además de que la Coalición Centro Esperanza necesitaba la presencia de una mujer. Betancourt se defendió de las acusaciones vertidas en su contra, de “buscar beneficios políticos”, y dijo que volvió para “reclamar una democracia real” y para “luchar” por su “familia extendida, que son todos los colombianos”.
Una indemnización millonaria
Betancourt también se refirió a la indemnización de 36 millones de dólares que deberán pagarle a su hijo las extintas FARC, por el daño que le causó el secuestro de la candidata, según un reciente fallo de la justicia estadounidense. “Nos hemos acostumbrado a pensar que pedir justicia es abusivo y es indecente (…) yo he venido hoy a exigir a que se indemnice, se compense y se repare a cada hijo, a cada hija, a cada padre, a cada madre, de todas las familias” víctimas del conflicto, declaró.
Lawrence Delloye Betancourt interpuso una demanda en un tribunal estadounidense el 28 de junio de 2018 contra 14 miembros de alto rango de las FARC. La corte determinó que el hijo de Betancourt sufrió una “angustia emocional significativa”, a raíz del prolongado cautiverio de ella.
En 2010 la candidata también reclamó una indemnización al Estado colombiano por no garantizar su seguridad, pero desistió ante la lluvia de críticas. “Me acusaron de haber sido ingrata, oportunista, codiciosa, por haber pedido que se me reconocieran los derechos que la ley colombiana había establecido para proteger a las víctimas del terrorismo. Pero es que el sistema de corrupción que impera en nuestro país solo le reconoce los derechos a los bandidos“, lamentó durante la rueda de prensa.
Las opciones de centro
El anuncio de Betancourt se produce luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) restituyera a finales del año pasado la personería jurídica al partido Verde Oxígeno, que había quedado en el limbo tras su secuestro. En la consulta para elegir al candidato presidencial de la Coalición Centro Esperanza, que se celebrará el 13 de marzo junto con las elecciones legislativas, Betancourt enfrentará a otros políticos de peso. Entre ellos están el también excandidato presidencial Sergio Fajardo, el exministro del Interior Juan Fernando Cristo, el también exministro de Salud Alejandro Gaviria, el senador Jorge Robledo, y el exsenador Juan Manuel Galán.
Betancourt se convierte además en la segunda precandidata a la presidencia en esta campaña, después de la lideresa social Francia Márquez, que concurre a los comicios por el Pacto Histórico. Colombia celebrará la primera vuelta de las elecciones presidenciales el 29 de mayo y las encuestas dan como favorito al senador de izquierda Gustavo Petro, precandidato del Pacto Histórico, quien fuera derrotado en la segunda vuelta de 2018 por el hoy presidente Iván Duque.