El anuncio llega en un mal momento para los emergentes afectados por la desaceleración de China y de la eurozona más la caída de los precios de los commoditiesFed.
Durante seis años, los mercados emergentes vivieron en un mundo definido por las políticas de dinero barato aplicadas por la Reserva Federal de Estados Unidos. Las olas de liquidez fluían desde las economías desarrolladas hacia las que están en desarrollo, lo que financiaba infraestructura e inversión corporativa y permitía a los consumidores tomar crédito a bajas tasas.
Por lo tanto, el anuncio de la Fed de que pone fin a los estímulos a la economía representa un punto de inflexión y un salto a la desconocido.
El fin de las compras de activos llega en un momento difícil para los mercados emergentes, acorralados por una confluencia de tendencias adversas y conectadas entre sí. La economía de China se está desacelerando, al igual que la eurozona liderada por la menor demanda alemana.
Los precios de los commodities, incluyendo los del petróleo, metales básicos y algunos alimentos, registran un prolongado descenso. Mientras tanto, los precios de los activos y niveles de deuda en muchos países en desarrollo siguen elevados tras haber recibido liquidez durante seis años.
“Aún sin la caída de las materias primas, el ajuste monetario que hace Estados Unidos llega en un momento peligroso para los mercados emergentes”, señaló Michael Power, estratega de Investec, fondo de inversión. “Se aplica la genial broma de Warren Buffett sólo cuando la marea baja, se puede saber quién nadaba desnudo”.
La baja general de los commodities, que es un freno al crecimiento para los países que los exportan, como Brasil, Rusia y Chile, se debe en parte a que los mercados esperaban el fin de las compras de activos.
La gradual eliminación del estímulo monetario norteamericano apuntalaba una apreciación del dólar estadounidense, moneda en la que cotiza la mayoría de los commodities. Al ser las materias primas más caras para los compradores, los vendedores se ven presionados a bajar sus precios.
Rob Subbaraman, economista jefe de Nomura, asegura que el efecto de esta caída de precios con el tiempo probablemente genere inestabilidad política. “Durante el último auge de los commodities que se prolongó durante diez años, muchos países de mercado emergente registraron un fuerte crecimiento económico que condujo a la formación de lo que muchos ahora llaman la “nueva clase media”, señaló Subbaraman.
“Una caída sostenida de las materias primas podría significar una permanente disminución del potencial crecimiento si no se hacen reformas”.
Muchos analistas sostienen que el futuro depende de lo que la Fed haga ahora. Si se mueve rápidamente hacia una política monetaria de línea más dura, que llevaría a un alza de las tasas de interés estadounidenses, el resultado para los mercados emergentes podría ser duro.
Particularmente vulnerable serían los mercados de deuda que se hincharon con la liquidez del programa de estímulo y que financiaron déficits soberanos, proyectos de infraestructura y planes de expansión corporativos, explicó según Craig Botham, economista de Schroders.
Sin embargo, aún con todas las señales negativas hay puntos a favor. Los menores precios de los commodities están aliviando las presiones inflacionarias en gran parte del mundo emergente, lo que brinda a los bancos centrales libertad para mantener blandas sus políticas monetarias. Y si bien la Fed puso fin a sus compras de activos, el Banco de Japón todavía está ocupado comprando bonos del gobierno. El Banco Central Europeo puede hacer lo mismo si el crecimiento de la eurozona sigue decepcionando. La era de abundancia de liquidez de ninguna manera llegó a su fin.