La guerra agrava una asignatura pendiente de Ucrania: la alta cifra de niños a cargo del Estado

Es el país con más menores en instituciones infantiles de Europa, después de Rusia.

“En Ucrania era habitual que si un niño nacía con discapacidad en una familia con pocos recursos los servicios sociales la presionara para que lo enviara a una institución estatal porque allí le cuidarían mejor, lo que es, completamente falso”, expone la investigadora senior para Ucrania de Human Rights Watch (HRW), Yulia Gorbunova. Como resultado de esta práctica, ampliamente denostada por las organizaciones internacionales de derechos infantiles, Ucrania ya era antes de la guerra el país con más menores a cargo del Estado en Europa, después de Rusia.

El 90% de los más de 105.000 niños internados no eran huérfanos; pero fueron colocados en el sistema residencial porque las familias, muchas de ellas pobres, no podían mantenerlos. La mitad de ellos tenía alguna minusvalía.

Más de un año después de la invasión rusa, Kyiv ha perdido la pista de un gran número de estos niños, lo que ha empeorado una situación ante la cual las autoridades habían fracasado en poner remedio. Human Rights Watch urge al gobierno de Volodímir Zelenski (y a la comunidad internacional que le financia) a que tome medidas para sacar a estos niños de los centros en un informe publicado este lunes.

Titulado Debemos proporcionar una familia, no reconstruir orfanatos, el texto recuerda que a pesar de que el gobierno ha adoptado planes para reducir el número de niños en instituciones desde 2007, la cifra de internos aumentó en más de 700 en 2019. “Los padres en circunstancias difíciles o de pobreza no reciben el apoyo del Estado necesario para hacerse cargo de sus hijos”, lamenta Gorbunova.

Incluso cuando algunos de estos niños han sido devueltos a sus familias, con el tiempo, solo una tercera parte siguen con ellas, según detalla la investigadora ucraniana de HRW sobre un estudio que se llevó a cabo entre 1.300 menores el pasado noviembre.

Niños transferidos a Rusia

A todo ello cabe añadirle otra problemática, que supone una violación de la ley internacional y un potencial crimen de guerra, asegura HRW: el traslado forzoso de niños de estas instituciones infantiles a zonas ocupadas por Rusia o a territorio de la Federación Rusa. Esta oenegé cree que serían miles de ellos y, muchos, con padres que quieren recuperar a sus hijos, apunta Gorbunova. Las cifras exactas son difíciles de dar. Según datos del gobierno ucraniano, cien instituciones que albergaron a más de 32.000 niños antes de 2022 se encuentran en regiones bajo ocupación rusa parcial o total.

Un estudio del Laboratorio de Investigación de la Universidad de Yale publicado en febrero señala que desde el inicio de la guerra más de 6.000 menores ucranianos, de entre cuatro meses y 17 años de edad, han sido capturados y enviados a campos de reeducación rusos o introducidos fraudulentamente en sistema de adopción ruso. El parlamento de Rusia cambió las leyes el pasado mayo para permitir que las autoridades otorguen la nacionalidad rusa a niños ucranianos, con el fin de facilitar la adopción por parte de familias rusas. Funcionarios rusos han asegurado que cientos de niños ucranianos han sido adoptados e incluso personalidades cercanas al presidente Vladímir Putin le han agradecido públicamente haber podido adoptar a alguno de estos niños. Se desconoce, sin embargo, cuántos de ellos pertenecían a instituciones infantiles.

“Debe haber un esfuerzo internacional concertado para identificar y devolver a los niños que fueron deportados a Rusia, y Ucrania y sus aliados deben garantizar que todos los niños que fueron o permanecen institucionalizados sean identificados y se les brinde apoyo para vivir con sus familias y en comunidades”, insta el director adjunto de derechos del niño de HRW, Bill Van Esveld, en el informe.

Gorbunova revela que el gobierno de Zelenski está muy concentrado en la primera demanda, así como en la persecución de los crímenes de guerra por parte de Moscú, “lo que es comprensible”. Pero insiste en que falta voluntad para la segunda: “Nos gustaría ver qué soluciones puede aportar su gobierno en el ámbito nacional con el fin de desinstitucionalizar” a estos niños. Y más en un contexto de guerra, donde la situación de las familias ucranianas empeorará y, con ella, el destino de las siguientes generaciones.