El enfrentamiento entre la banda de “Los Paraguayos” y la del “Gauchito Gil” en la villa 1-11-14 del Bajo Flores habría sido la causa del tiroteo a la ambulancia.
El enfrentamiento al interior de la Villa 1-11-14 entre dos bandas narcos sería la causa que llevó al tiroteo de una ambulancia y la muerte de dos personas el miércoles último. Los choques se registran, especialmente, en las manzanas que llevan los números 26, 9A y 9B, donde los vecinos se encierran por las noches para poder preservar su integridad. Incluso, muchos ciudadanos han sido desplazados de sus casas por los propios narcos.
Fue en esta zona donde el miércoles a la madrugada quedó atrapada la ambulancia del SAME en un episodio que terminó con dos muertos y un tiroteo de cuatro horas que siguió en el Hospital Piñero, adonde llegaron tanto los muertos como los heridos y sus familiares.
Sin embargo, más allá del impacto, la situación no es nueva. Durante 2013, hubo diez homicidios y cinco heridos graves relacionados con enfrentamientos narco en la zona. En 2014 los muertos fueron siete y los heridos graves, tres. Los heridos leves son tantos que nadie lleva la cuenta.
Según las fuerzas de seguridad, la gran mayoría de los enfrentamientos se atribuye a dos bandas: la de “Los Paraguayos” y la del “Gauchito Gil” (formada por mayoría de argentinos). Este enfrentamiento estaría detrás del tiroteo del miércoles, que empezó con un ataque a una casa de la “Calle Sin Nombre”, propiedad de “Chicha”.
Una versión indica que buscaban a uno de sus hijos pero terminaron fusilando a su hija, Delia Herrera (28). Los tres asesinos salieron caminando de la casa rumbo a la avenida Bonorin, pero se cruzaron con Gendarmería y con la ambulancia del SAME que había llegado al barrio a asistir a una mujer descompuesta. El ataque se convirtió allí en una balacera entre bandas que dejó como saldo la muerte de un adolescente que pasaba, Maximiliano Milessi (18).
A la vuelta de donde ocurrió el enfrentamiento, el 10 de octubre de 2013, hubo un quíntuple crimen cuando tres paraguayos y dos argentinos fueron fusilados por dos sicarios mientras estaban bebiendo en un improvisado bar.
Los crímenes tienen directa relación con la venta de droga. Durante un allanamiento en abril de 2014 se decomisaron 95 kilos de marihuana, 11 de cocaína, 11 pistolas automáticas, cuatro escopetas, dos granadas y mil municiones.