Tenía 22 años y fue ejecutado de un tiro en la nuca por un sicario en moto. Sospechan que es un ajuste de cuentas entre distintas bandas.
En el barrio La Tablada, en la periferia sur de Rosario, a nadie sorprende la noticia: otro joven fue asesinado de un balazo certero en la nuca en lo que se presume es un nuevo ajuste entre bandas que se disputan el control territorial para la venta de drogas. Con esta muerte, ya suman 90 los homicidios registrados en la ciudad santafesina en lo que va del año, según informó Tiempo Argentino.
El hecho ocurrió el miércoles por la tarde, minutos antes de las 17, a la altura 4000 de la calle Alem, a pocos metros del cruce con Doctor Riva, cuando un hombre a bordo de una moto de alta cilindrada se le puso a la par a Mauricio David Maciel, de 22 años, y descargó el fuego de su pistola. El joven quedó tumbado sobre el asfalto mientras el sicario escapaba a toda velocidad.
La víctima ingresó a la guardia del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) en muy grave estado con un proyectil incrustado en la nuca proveniente de un arma de grueso calibre. De acuerdo al parte médico, el joven, que fue inscripto en los registros como NN, murió poco minutos después de las 18 tras no resistir una operación de urgencia.
Poco después del hecho, el fiscal Ademar Bianchini, a cargo de la Unidad Fiscal de Homicidios Dolosos de turno en Rosario, tomó contacto con una mujer que se presentó como la madre de Maciel. Alrededor de las 20, la misma mujer fue la encargada de reconocer el cadáver.
Según las fuentes, la madre identificó a su hijo a partir del tatuaje que llevaba en uno de sus brazos.
Sin embargo, como la víctima no tenía ningún documento que confirmara su identidad (y los testigos aseguraron no conocerlo), el cuerpo fue trasladado al Instituto Médico Legal, donde los peritos realizaron las comprobaciones dactiloscópicas y confirmaron que se trataba de Maciel. Así se constató que el joven contaba con antecedentes penales y que tenía como último domicilio uno ubicado en pasaje Lozzia al 6400, en el oeste de la ciudad.
En ese sentido, voceros policiales dijeron que los vecinos del lugar donde ocurrió el ataque indicaron que el joven no era conocido en la zona.
Sin embargo, los pocos testigos ocasionales que aceptaron hablar con la policía contaron que escucharon al menos dos detonaciones de un arma de fuego y luego el motor de una moto a toda velocidad, pero nadie refirió haber visto a la moto desde la cual se supone habrían partido los disparos.
Aunque hasta el momento no existen pistas firmes sobre el móvil del crimen, para los investigadores se trató de un crimen por encargo. Se sabe que la zona es muy conflictiva y que desde hace un tiempo está dominada por bandas narcos que se disputan el territorio a fuego.
Los detectives buscaban en viviendas y comercios de la zona cámaras de vigilancia que hayan captado el momento del ataque y permitan identificar al homicida.
En la escena del crimen encontraron vainas servidas.