Los sanitarios reclaman una subida salarial tras haber perdido 5.000 libras anuales respecto a 2010.
Los enfermeros de Reino Unido protagonizaron este jueves la primera huelga de su historia uniéndose así a los paros de otros trabajadores del sector público, con los que prácticamente se ha paralizado el país en plenas Navidades. El caos recuerda al llamado ”Invierno del descontento” de finales de la década de 1970, cuando protestas generalizadas acabaron derribando al Gobierno del laborista James Callaghan. Conductores de ambulancias, trabajadores ferroviarios, carteros, agentes de fronteras, portadores de maletas y agentes de seguridad del Eurostar, entre otros sectores profesionales, salen a la calle para pedir mejoras salariales ante una inflación disparada que roza el 11%.
El Real Colegio de Enfermería británico (RCN, en inglés), sindicato que representa a un colectivo, exige una subida salarial del 19% en respuesta no solo al aumento de la inflación de los últimos meses sino a lo que considera una pérdida de poder adquisitivo durante la última década. El sindicato reclama un incremento de un 5% por encima del Índice de Precios al Consumo Minorista, que suele guiar las negociaciones colectivas y que en noviembre alcanzó el 14%. Pat Cullen, secretaria general del RCN, se reunió esta semana sin alcanzar un acuerdo con el ministro británico de Sanidad, Steve Barclay, que ha cerrado la puerta a nuevas mejoras salariales.
Las economías más grandes del mundo están lidiando con las presiones de los precios de energía y alimentos provocadas por la guerra de Ucrania. Pero en Reino Unido, la situación se agrava aún más por la última década de recortes. El salario real de los enfermeros cayó 1.800 libras durante el último año, mientras que el de los paramédicos cayó 2.400 libras. En términos reales, los enfermeros ganan 5.000 libras al año menos que en 2010. Y para las matronas y los paramédicos, la cifra asciende a más de 6.000 libras, según el análisis de las estadísticas oficiales realizado por la principal confederación sindical (TUC, por sus siglas en inglés).
“El fracaso de los `tories´ para lograr un aumento salarial ha dejado a millones de hogares brutalmente expuestos a la emergencia del costo de vida. Es hora de recompensar el trabajo, no la riqueza. No podemos ser un país donde el NHS y el personal docente tengan que recurrir a los bancos de alimentos, mientras que los banqueros de la City reciben bonos ilimitados”, denuncia Frances O’Grady, secretaria general de TUC. “Los presupuestos familiares han sido destrozados por facturas vertiginosas y más de una década de retención salarial. Los conservadores han presidido la reducción de salarios reales más prolongada en más de 200 años”, añade.
La protesta de los enfermeros, que volverá a repetirse el día 20, ha obligado a cancelar más de 70.000 visitas médicas y cirugías en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, según los datos del Ejecutivo. Las urgencias se mantienen con un nivel de personal similar al de una jornada festiva y continúan activas unidades como diálisis, neonatales y cuidados intensivos. Pero, pese al caos, el apoyo a los enfermeros en la calle es particularmente alto: un 54% del electorado respalda los paros reclamando un aumento salarial frente al 23% que se muestra en contra.
El Sistema Nacional de Salud Pública (NHS) siempre ha sido el gran orgullo de los británicos, pero hace tiempo que lleva cual paciente en cuidados intensivos. Los problemas por la falta de personal son cada vez más acuciantes. A la estampida de los sanitarios europeos provocada por el Brexit, se suman el goteo de dimisiones por parte de aquellos que no pueden aguantar más carga de trabajo. Solo en Inglaterra, las vacantes han alcanzado un nuevo récord con más de 133.000 puestos a tiempo completo.
El Ejecutivo de Rishi Sunak se plantea ahora endurecer aún más las leyes para llegar a prohibir incluso las huelgas de sectores clave, como los sanitarios. Downing Street defiende que no puede otorgar aumentos salariales acordes con la inflación. La deuda pública es ya del 97.5% del Producto Interior Bruto, cerca de su nivel más alto desde la década de 1960, y se espera que aumente en los próximos dos años, porque el Gobierno va a gastar más de lo que recibirá en impuestos.
Asimismo, Sunak considera que poner más dinero en los bolsillos de los ciudadanos podría mantener alta la inflación por más tiempo. Esto empeoraría la situación de todos y aumentaría la presión sobre el Banco de Inglaterra para amortiguar los aumentos de precios elevando las tasas de interés, lo que afectaría a los costos de endeudamiento para los consumidores, propietarios de viviendas y empresas.