Convertido en un despojo humano, con la cara cubierta de magulladuras y algunos huesos rotos. Como un perro salvajemente apaleado y luego abandonado inconsciente en un carro de supermercado. Así aparece el adolescente gitano Darius en la imagen que estremece hoy las redes sociales en Francia y el mundo. Imagens que, por otro lado, ha publicado solo la prensa británica dado que en Francia está prohibido hacerlo.
Todo ocurrió el viernes pasado en la Ciudad de los Poetas, uno de los suburbios más duros del municipio de Pierrefitte-sur-Seine, en el departamento de Seine-Saint-Denis, ‘banlieu’ norte parisina. A este joven de 16 años, que vivía con su familia en un poblado de chabolas junto a la Nacional 1, fue a buscarle una cuadrilla de matones de barriada que le acusaba de haber robado horas antes el apartamento de una anciana.
Se lo llevaron en volandas, lo arrastraron a través de las vías del tren de cercanías, lo metieron en un sótano y allí se cebaron con el chaval hasta dejarlo en coma. Su madre tardó en denunciar el secuestro por miedo a las represalias y a la policía.
Darius fue hallado en un aparcamiento, en el terrorífico estado que muestra la foto, por una vecina que llamó inmediatamente a una ambulancia. Fracturas diversas de cráneo, dijeron los médicos. Ahora se debate entre la vida y la muerte en un hospital de París, mientras que sus agresores aún no han sido identificados. A decir de los testigos, eran más de una docena y se cubrían el rostro con pasamontañas.
Múltiples condenas
Para el presidente François Hollande, lo sucedido es “un ataque incalificable e injustificable en todos los principios sobre los que se fundó nuestra república”. Para el diario ‘Le Monde’, es “el resultado de todos estos años de políticas públicas ineficientes que mantienen en la miseria a las comunidades romaníes y han permitido que progrese el racismo latente en la sociedad francesa”.
Según una fuente judicial, la víctima eran conocida de las fuerzas del orden. Desde principios de junio, había sido detenido e interrogado varias veces en relación a una serie de robos, ha declarado a ‘Le Parisien’ Michel Fourcade, el alcalde de Pierrefitte-sur-Seine, que en las últimas semanas había denunciado diversos actos de vandalismo y sustracciones que se atribuyen a la comunidad gitana.
Como ha explicado a BFMTV Ion Vardu, un vecino de origen rumano, Darius y otros 200 gitanos procedentes de Rumanía se instalaron en esta casa abandonada junto a la carretera “hace aproximadamente tres semanas”. Tras el drama, todos se han ido, dejando precipitadamente tras de sí un revoltijo de colchones rotos, ruedas viejas y bolsas de basura.
Un portavoz de la asociación SOS Racisme ha señalado que “este grave incidente demuestra la alarmante degradación de la imagen de los gitanos en la sociedad como resultado de las repugnantes tensiones que se viven entre los ciudadanos”.