Un equipo de investigadores argentinos demostró la importancia de esperar dos minutos para prevenir la deficiencia de hierro en el lactante.
Si se coloca al recién nacido sobre el abdomen o tórax de la madre durante dos minutos antes de cortar el cordón umbilical tras el parto, se consigue que la sangre de la placenta le llegue adecuadamente al bebé, lo cual ayuda a prevenir la deficiencia de hierro (anemia) del lactante. Así lo demostró una investigación científica realizada por un equipo de médicos de la Fundación para la Salud Materno Infantil (FUNDASAMIN), liderado por los doctores Néstor Vain, Luis Prudent y Daniela Satragno.
Hasta el momento se creía que la forma más conveniente de garantizarse ese traspaso de sangre desde la placenta al bebé era sostener al recién nacido a la altura de la vagina o por debajo de la misma; un procedimiento incómodo y de difícil realización, lo que hace que no se cumpla en la práctica diaria.
“La ligadura temprana del cordón umbilical es perjudicial para el recién nacido dado que disminuye la cantidad de sangre que pasa al bebe desde la placenta al momento del nacimiento, dejando al bebe con menor reserva de hierro, y mayor propensión a la anemia, un flagelo presente en todo el mundo y, en particular, en las poblaciones más desprotegidas, lo que genera serias consecuencias en el neurodesarrollo”, subrayaron los investigadores.
En ese sentido, los autores del estudio enfatizaron que si la ligadura se hace respetando los dos minutos, el recién nacido recibirá aproximadamente unos 50 centímetros cúbicos de sangre, es decir que si no se respetan los dos minutos, el bebé pierde un 20% de toda su sangre (que quedará atrapada en la placenta).
El estudio, llamado “Efectos de la gravedad en el volumen de transfusión placentaria” fue publicado en abril último por la revista médica “The Lancet” y recogido luego por medios internacionales como The New York Times y BBC de Londres.
El estudio llevó cuatro años de trabajo. Participaron del mismo dos hospitales públicos (Maternidad Nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán y Hospital Materno Infantil de San Isidro) y un hospital privado (Sanatorio de la Trinidad Palermo), en Buenos Aires.
Después de obtener el consentimiento informado de las madres, se incluyeron en el estudio 391 niños, los que permitió concluir que no existía influencia de la posición del bebe sobre el volumen de sangre que pasa al pequeño.