Se lo presentó en Argentina como un simple contador, pero tramitó -con intervención de bancos y paraísos fiscales- un tercio de los dólares fugados que busca repatriar la AFIP. La justicia analiza convocarlo para que otorgue datos.
Contador, argentino y con 51 años de edad. Graduado en la Universidad de Belgrano y propietario de la empresa Gems.” Tal fue la descripción, particularmente minimalista, que se hizo esta semana sobre Miguel Gerardo Abadi, el mayor gestor de cuentas de argentinos en la sucursal suiza del banco HSBC. A priori desconocido, el hombre en cuestión es –junto al ex diputado de la Coalición Cívica, Alfonso Prat Gay– uno de los dos intermediarios financieros que mayor volumen de dólares sin declarar manejaban.
Los datos volvieron a quedar sobre el tapete esta semana, cuando a nivel mundial estalló el escándalo Swiss Leaks, una mega-filtración de información de cuentas ilegales en esa entidad que abarcó a millonarios de más de 200 países del mundo, entre ellos Argentina. Pero, ¿es Abadi un vulgar Contador? ¿Puede un egresado en la materia, con actividad en el sector privado de la consultoría, ser experto en el manejo de más de U$S 1100 millones de 65 cuentas sin declarar de clientes propios en el HSBC Ginebra?
Buceando en documentación y en contacto con fuentes acostumbradas a la gestión de activos en el exterior, es bastante sencillo saber que semejante empresa requiere habilidades extras a la tarea contable. Abadi es, en realidad, un hombre que estuvo históricamente vinculado a los bancos de inversión, habiéndose desempeñado en los sectores de Banca Corporativa de al menos tres entidades de reconocida tradición en manejo de cuentas de extra altos ingresos. Además, documentos de su actual empresa, el fondo de inversiones Gems, muestran sin ocultamientos cómo esa firma y Abadi en particular ya venían trabajando hace muchos años con el banco HSBC y con facilitadores de negocios internacionales, como una de las consultoras denominadas Big Four.
Abadi es, para el fisco nacional, la conexión que puede poner luz sobre los propietarios ocultos detrás de los fondos que representa. De hecho, desde la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), adelantaron a Tiempo Argentino que cursarán pedidos de información respecto a su persona y a las empresas que él representa.
Actualmente, mientras pasa sus días en Londres, Abadi se presenta como presidente de Gems Advisors Ltd, firma que se estableció en la capital británica en 2003. El ejecutivo estaba y está cargo de tareas tales como el desarrollo de activos bajo gestión, el manejo de operaciones en distintos lugares del mundo, y consejero en inversión en activos.
En paralelo, también Abadi es parte de la firma Gaia Real State, una empresa radicada en los Estados Unidos que se dedica a la construcción de obras privadas. Con domicilio en el noveno piso de la 152 West 57th Street, en Nueva York, Gaia también tiene una sede en Texas y sólo trabaja con inversiones de entre U$S20 y U$S300 millones.
La estadía británica de Abadi lo llevó además a echar raíces tan consistentes que terminó fundando otra compañía financiera en Londres. Se trata de Convex Property Consultants Limited, que se creó el 15 de noviembre del 2011 en la misma plaza de Gems. La empresa también se dedica al manejo de activos. Uno de los titulares es Miguel Abadi y otro un británico de nombre Benjamin Joels.
Pero antes de entrar en detalles de las operaciones de Gems que se vinculan al HSBC, es preciso destacar que, antes de dedicarse a estos avatares, Abadi fue banquero corporativo y directivo de Banca Privada en la Unión Bancaire Privée (UBC). También se desempeñó como consultor externo del Banque Worms, de Ginebra; y en un pequeño banco que terminó siendo absorbido por el Deutsche Bank. Lo que centra la atención en estos bancos es el rol que tuvo Abadi en la UBC, una entidad con sede en Ginebra –misma ciudad donde están radicadas las cuentas que él maneja de argentinos en el HSBC–, auto-promocionada como “uno de los mayores bancos suizos de gestión de activos para clientes privados e institucional”, Cuyo objetivo es “la búsqueda de rentabilidad y preservación del capital de sus clientes”.
UBC tiene actualmente oficinas en todo el mundo, una de ellas en Montevideo, Uruguay. Allí, Abadi se desarrollaba en la división Banca Privada: en esas divisiones de negocios de los bancos de especulación, se contrata a banqueros para gestionar y ayudar a clientes a exteriorizar capitales, en su mayoría flanqueando los controles fiscales de cada país. Por caso, el banquero arrepentido del JP Morgan, Hernán Arbizu, se desempeñaba en esa área, trabajando directamente con clientes para seducirlos y convencerlos de fugar y evadir. A primera vista, la tarea de Abadi era similar. Una vez conseguidos esos clientes, se gestionaba la manera de fugar divisa y se cobraba una comisión millonaria por cada cliente. Estos plus eran, por lo general, el 90% del salario de uno de estos ejecutivos.
El UBC que supo caminar Abadi, además, tiene entre sus tareas la gestión de activos off shore, desviaciones de fondos a paraísos fiscales. Estas plazas fueron señaladas, en el marco del Swiss Leaks, como claves para la evasión impositiva en el mundo. De hecho, y si bien es sólo una coincidencia que puede derivar en más pedidos de datos, entre las cuentas de argentinos que Abadi manejaba en el HSBC Ginebra, existía una bajo la denominación “Los Potillos Corp.”, radicada en las Islas Vírgenes Británicas, por una suma total de U$S4.783.444. Ese material ya está en análisis en el marco de la causa de las 4040 cuentas suizas de argentinos, que tramita en el Juzgado Penal Económico 3, a cargo de la magistrada María Verónica Straccia. La jueza también tendrá la tarea de requerir información para saber de quiénes eran las cuentas que gestionaba Abadi.
El Bank Worms, en tanto, es francés pero también tiene sede en Ginebra y allí revistó Abadi. Paradójicamente, en el 2001, el Deutsche Bank compró el Bank Worms. El hombre en cuestión pasó, al instante, de un banco a otro. Una curiosidad: el Worms es tristemente célebre en la historia mundial por haber sido, a través de su titular, uno de los 12 miembros del oscuro Movimiento del Imperio Sinarquista, uno de los centros de la colaboración económica nazi en Francia, en los años `30.
El dato de la participación de Abadi en la banca especulativa, soslayado en todos los perfiles trazados por medios nacionales, es más relevante aún que su actual presente en el fondo Gems. Es que, justamente, es el paso por esas entidades financieras lo que forja el expertisse de gestores de fortunas que, en Argentina y el mundo, son afectas a fugar dólares sin pagar impuestos. En el caso de Prat Gay ocurrió algo similar, habiendo hecho carrera en el JP Morgan, también como gestor de Banca Privada. Con posterioridad, el ex presidente del Banco Central creó una compañía privada y también se dedicó –como se conoció en el marco del Swiss Leaks– a gestionar los dineros negros de la familia Lacroze de Fortabat.
Metiéndose de lleno en el negocio de Abadi como presidente de Gems, se perciben vínculos desde fines de los ´90 con el HSBC Ginebra; trabajos conjuntos con consultoras encargadas de facilitar evasión, y operaciones comunes con paraísos fiscales. Un PowerPoint denominado “Gems Overview”, fechado en el año 2005, confirma que la empresa en cuestión tiene cinco sedes globales con diferentes denominaciones. Gems Management Limited, en las Bahamas; Gems Advisory Limited, en Londres; Gems Investments Research, en Israel; Gems Investments Limited; en Buenos Aires; y Gems Confidas, en Nueva York. “Tenemos un equipo internacional de 35 profesionales con grandes habilidades y dedicados a la construcción de relaciones personales con gerentes de inversiones y clientes”, se apunta entre las cualidades de la compañía en el documento. La relación personal, de confianza con el cliente, es uno de los ejes centrales de cualquier gestor de fortunas en el mundo.
Gems reconoce en el paper haber trabajado con varios bancos de inversión, entre ellos el BNP Paribas y el Societé Génerale. Pero en la página 14 del documento, la empresa de Abadi especifica las funciones en los procesos de fomento de inversiones. Lo llamativo, por su impacto actual, es que el proceso de investigación y posterior destino de las inversiones termina confluyendo en el HSBC Private Bank. Es decir, la división Banca Privada del banco que en el mundo es investigado hoy por facilitar estructuras para la fuga y la evasión de divisas.
En esas operaciones con Gems aparece además el fondo de inversiones CITCO Fund Services, que tiene sede en Bahamas. En el paper, se detalla que el HSBC Private Bank actúa de la siguiente manera en la empresa de Abadi: HSBC es el banco depositario de productos internos de inversión de Gems, como Gems Progressive, Gems Progressive II, y Gems Russia Funds. El banco trabaja con el fondo de inversión desde el año 1999. En el directorio de Gems, en una firma relacionada que se denomina Charitable Trust, también aparece nombrada una mujer de nombre Fabiana Resnik de Abadi, vinculada familiarmente a Miguel Abadi. También está siendo investigada.
En paralelo, estos productos que Gems ofrecía a sus clientes estaban auditados por Ernst & Young, una de las cuatro consultoras denominadas globalmente con Big Four, junto a Price Waterhouse, Deloitte, y KPMG. Lo curioso es que a uno de los productos, el Gems Progressive, lo auditaba Ernst & Young desde su sucursal Bahamas; mientras que el Gems Russian se controlaba desde la sucursal de la consultora en Islas Caymán. Ambos paraísos fiscales que ocultan la titularidad de los fondos.
En la denuncia que AFIP presentó sobre las 4040 cuentas, hay un punto especial dedicado a la utilización de sociedades off shore. Allí se apunta que los paraísos fiscales más utilizados son, justamente, Caymán, Islas Vírgenes, Bahamas y Panamá. Todos nombres que son una constante en la carrera de gestor de cuentas de Abadi que, evidentemente, es un hombre clave y no un vulgar contador público.
Un directivo del HSBC pidió perdón a la población
En el marco de la mega filtración de cuentas ilegales conocida como Swiss Leaks, uno de los popes del HSBC en el mundo salió ayer a pedir moderadas disculpas por el comportamiento de la entidad.
El banco HSBC publicó ayer en la prensa británica un anuncio para disculparse de que su filial suiza ayudara a clientes a eludir el pago de sumas millonarias en impuestos, como reveló el llamado caso Swiss Leaks.
El anuncio del banco en el Sunday Times incluyó una carta abierta de su director ejecutivo, Stuart Gulliver, a los clientes y empleados del banco, en el que insiste que la filial suiza –que realizó esas prácticas a mediados de la década pasada– ha sido desde entonces objeto de un “completo reajuste”.
“La prensa se ha centrado en hechos pasados que demuestran que las normas que aplicamos hoy no fueron aplicadas en todas partes en el pasado”, escribe.
“Tenemos que comprender que la sociedad a la que servimos espera más de nosotros”, prosigue en su carta el directivo de HSBC. “Por ello, pedimos nuestras más sinceras disculpas”, añade.
Cabe destacar que no es la primera vez que el HSBC queda en el ojo de la tormenta por facilitar negocios ilegales a sus clientes. De hecho, fue el propio Senado de los Estados Unidos quien, en el año 2013, presentó una denuncia contra la entidad por lavado de dinero en México. Y precisó que dentro de esos clientes figuraban importantes referentes de los cárteles de la droga que terminaba vendiéndose a los Estados Unidos. Uno de los senadores que trabajó en el tema es Carl Levin, que también intervino en las causas del JP Morgan y la denuncia en Argentina.
En Suiza, una larga lista
La denuncia de la AFIP de las 4040 cuentas argentinas sin declarar en el HSBC Ginebra incluye a Grobocopatel, al Grupo Clarín y a empresas de su propiedad como Cablevisión, a los laboratorios Roemmers y a la terminal Exolgan.