Por primera vez, un miembro de la familia real española afronta serios cargos penales.
La hermana menor de Felipe VI, Cristina de Borbón, y a su marido, Iñaki Urdangarín, se sientan hoy en el banquillo de los acusados por el “caso Nóos”, que juzga la actividad de la fundación presidida por el cuñado del rey por el presunto desvío de 6,6 millones de dólares de fondos públicos a una institución nacida sin ánimo de lucro (Nóos) que presidió Urdangarín entre 2003 y 2006.
Se trata de un juicio histórico, ya que es la primera vez que un miembro de la familia real española debe enfrentar cargos penales, en este caso por corrupción, desde la restauración de la monarquía en 1975. La hermana del monarca está imputada por presunta cooperación en los delitos fiscales de su marido, acusado a su vez de tráfico de influencias, malversación, prevaricación, fraude, estafa, falsedad, delitos contra Hacienda y blanqueo de capitales.
Además, se encuentran acusadas otras 16 personas, entre ellos el expresidente de la región de Baleares, Jaume Matas y el exsocio de Urdangarín, Diego Torres, autor intelectual del hecho.
Cristina de Borbón era titular con su marido de Aizzon, la empresa que usaron para desviar, supuestamente, los fondos a su patrimonio personal.
La infanta puede enfrentar una condena de hasta ocho años de prisión, y una multa de dos millones de euros. Su defensa alega que estaba al margen de la dirección y gestión de la compañía, aunque sí consideran que se benefició del dinero de su marido.