Las jóvenes palestinas tapadas con ‘kufiyas’ aparecen en primera línea de la cibertrinchera ‘en defensa de la mezquita Al Aqsa’.
El aumento de apuñalamientos cometidos por palestinos en Israel es proporcional a la reducción de disturbios en Cisjordania. En uno de éstos, las cámaras captaron ayer a un grupo de chicas que participaron en el lanzamiento de piedras contra soldados israelíes en las inmediaciones de la colonia de Bet El, cerca de Ramala.
Cada vez más palestinas entran en el círculo de los enfrentamientos o de ataques como Shourouk Dwayyat (18 años) que anteayer apuñaló a un israelí. Las imágenes ayer de las jóvenes tapadas con ‘kufiyas’ en el ‘frente de guerra’ no tardaron en llegar a las redes sociales que las convirtieron en heroínas palestinas. Es la Intifada 2.0.
Ante los siete apuñalamientos desde anteayer que han dejado una decena de heridos israelíes, miles de policías se hallan desplegados en las calles para atajar una de las espirales de violencia más graves de los últimos años en Israel. Las autoridades saben, sin embargo, que es casi imposible detectar y evitar que un joven saque el cuchillo y lo use contra un viandante.
Las redes sociales
De ahí que más allá de colocar detectores de metales en la Ciudad Vieja de Jerusalén y confiar en los policías y ciudadanos con licencia de armas, Israel apunta a la cantera de la ‘Intifada de los Cuchillos’: las redes sociales. De aquí salió la mayoría de los atacantes de la última semana, de los cuales al menos dos revelaron su deseo de ser ‘Shahid’ [mártir] en Facebook.
La unidad cibernética de la Seguridad interna (Shabak) y de la Inteligencia militar (Aman) hacen horas extra para rastrear la Red y localizar al nuevo ‘lobo solitario’. La mezcla de jóvenes y menores dispuestos a morir “en defensa de la mezquita Al Aqsa ante los colonos terroristas”, el uso de un arma sencilla de conseguir, esconder y emplear así como el viento favorable a estas acciones en las redes sociales desafían a los servicios de seguridad israelíes. Capaces de interceptar misiles disparados desde el Líbano o filmar instalaciones del plan nuclear iraní, no pueden entrar en el cerebro de un individuo que decide sacar el cuchillo y convertirse en ‘Shahid’.
“La Policía hace todo lo que puede y actúa de la forma más rápida contra los terroristas pero no es fácil doblegar a este tipo de terrorismo. Estamos en una era que, a diferencia del pasado, las redes sociales juegan un papel fundamental”, reconoce el ministro israelí de Seguridad Interna, Gilad Erdan antes de denunciar: “La incitación a la violencia y el terror de los palestinos en las redes es impresionante y se plasma en las calles como vemos estos días”.
Israel ha pedido a Facebook y Youtube la retirada de los vídeos que incitan y aplauden atentados. Vídeos en los que el atacante es perpetuado como “héroe”. Clips de dibujos animados recrean ataques con eslóganes como “apuñalar a judíos”. Fotos de un cuchillo ensangrentado con el rótulo en rojo, “Jerusalén tiene sed y esta sed será saciada con sangre”.
Más allá de la ocupación de Cisjordania, la frustración por el presente y desesperanza por el futuro, el analista del Canal 10, Alon Ben David ve otro factor: “Hay un lavado de cerebro en jóvenes que ven las terribles imágenes de Siria o Iraq”.
Pero, más que el Estado Islámico (IS), lo que realmente aparece en de la Intifada virtual es la Mezquita Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para el Islam. La campaña “Al Aqsa en peligro”-promovida por el Movimiento Islámico en Israel, encabezado por el jeque Raed Salaj, y por Hamas- tiene éxito. Desde hace meses, el liderazgo palestino acusa al Gobierno israelí de querer cambiar el ‘statu quo’ y compartir el santuario que los judíos consideran Monte del Templo. La visita de un ministro y varios diputados ultranacionalistas y su exigencia para rezar allí provocaron la ira en el mundo musulmán y en las redes sociales.
En un intento de calmar los ánimos, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha prohibido la visita de los diputados a un lugar que extremistas de ambos lados le otorgan también una dimensión nacional y política. “La propaganda palestina falsa de que queremos cambiar el ‘statu quo’ en el Monte del Templo contribuye a la violencia”, denunció anoche Netanyahu.Desde que el pasado jueves un comando de Hamas asesinara a un matrimonio israelí en Cisjordania, el balance es de cuatro israelíes muertos. En el bando palestino, tres murieron por fuego israelí en disturbios en Tulkarén, Belén y Shuafat y cuatro al ser abatidos durante sus ataques en Israel.
Desde que Mohannad Halabi apuñalara a dos israelíes el pasado sábado en Jerusalén, se han registrado ocho ataques parecidos.
El primero llegó ayer a media mañana, en el barrio de la Colina Francesa de Jerusalén. Un palestino, de 19 años y de la parte oriental, atacó e hirió de gravedad en el cuello a un estudiante de una academia religiosa en la estación del tranvía. Tras herirlo gravemente, se abalanzó hacia un guardia de seguridad hasta ser detenido por agentes.
Al mediodía, el puñal pinchó la ‘burbuja’ de Israel, Tel Aviv. El ataque de un obrero palestino hirió a cuatro israelíes, entre ellos una soldado. Al cabo de unos minutos, un joven colono de Hebrón fue herido de gravedad tras ser apuñalado por un palestino que consiguió huir.
Al anochecer, un palestino murió por disparos israelíes en los disturbios que estallaron en el campo de refugiados de Shuafat, cuando la policía irrumpió para registrar la casa del atacante del tranvía. En pocos minutos, la atención se centró en el norte de Israel donde un palestino de Yenin apuñaló e hirió a dos personas en Afula.
Con los ojos puestos en Jerusalén, la violencia este viernes se ha trasladado a la ciudad sureña de Dimona cuando un israelí ha apuñalado y herido a un beduino de su misma nacionalidad. Posteriormente hirió levemente a tres trabajadores palestinos antes de ser detenido por la Policía, informan los medios locales. Algunos de los atacados trabajan en el Ayuntamiento de Dimona, según su alcalde.
El papel de Abu Mazen
La coordinación en materia de seguridad entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) explica el descenso de disturbios en Cisjordania. El presidente Abu Mazen reiteró su oposición a una escalada y, al mismo tiempo, su apoyo a los “defensores de Al Aksa ante los colonos terroristas“. Responsabilizó a Netanyahu de la violencia y envió un mensaje a Israel: “Permaneced alejados de nuestros lugares sagrados musulmanes y cristianos. Nuestras manos continúan tendidas hacia la paz, pese a todo el sufrimiento que nos habéis causado”.
Los israelíes critican que Abu Mazen no condene los ataques. Pero aunque lo haga su influencia en los jóvenes palestinos -sobre todo de Jerusalén Este- es cada vez menor.
Y no sólo en las encuestas que reflejan un descenso de su popularidad sino también en las redes. La mayoría de chicas y chicos de Facebook y Twitter limita su protesta en el teclado. Otros, como los de esta semana, la trasladan con cuchillos en el corazón de Jerusalén.Todos los ojos están puestos hoy en lo que pase tras las plegarias musulmanes en Al Aqsa. Y en la Red.