La sonda se situó en Nochebuena a sólo 6,1 millones de km de nuestra estrella, soportando temperaturas cercanas a los mil grados. Dos días después, ha confirmado que sigue viva. La nave ha batido también el récord de velocidad alcanzado por un objeto creado por el hombre, al viajar a 692.000 km/h.
Durante casi dos días, los científicos de la NASA han estado en vilo preguntándose si su nave espacial Parker Solar Probe había sobrevivido a la extraordinaria hazaña que logró en Nochebuena: la intrépida sonda se situó a tan sólo 6,1 millones de kilómetros de Sol, lo que supone el máximo acercamiento a nuestra estrella que ha hecho un objeto creado por el hombre.
La sonda exploradora no sólo batió su propio récord de acercamiento al Sol, también superó el registro de máxima velocidad alcanzada por un artefacto, pues atravesó la atmósfera solar a una velocidad vertiginosa de 692.000 kilómetros por hora. La duda era si el avanzado escudo térmico diseñado especialmente para ella para protegerla de las infernales temperaturas -unos 980 grados- y la intensa radiación que está soportando había hecho su trabajo, o bien la habrían achicharrado..
Pues bien, la buena noticia llegó a última hora del viernes 26 de diciembre al centro de control de la NASA que estaba pendiente de Parker Solar. La señal emitida por la nave confirmaba que había superado el encuentro con el Sol, y que se encontraba sana y salva, funcionando con normalidad.
“Volar tan cerca del Sol es un momento histórico en la primera misión de la humanidad a una estrella”, ha declarado en un comunicado Nicky Fox, al frente de la Dirección de Misiones Científicas en la sede de la NASA en Washington.
La nave lleva seis años viajando por el espacio y preparándose para el hito que logró en Nochebuena. Fue lanzada en agosto de 2018 con el objetivo de explorar la corona solar, que es la parte más externa, la que sólo vemos cuando hay un eclipse total, para intentar desentrañar los misterios sobre cómo funciona la estrella de la que depende la vida en la Tierra. Uno de los grandes enigmas es por qué la temperatura es más alta en la parte exterior del Sol que en su superficie.
Como explica Nicky Fox, “al estudiar el Sol de cerca, podemos entender mejor sus impactos en todo el Sistema Solar, incluyendo en la tecnología que utilizamos a diario en la Tierra y en el espacio, además de aprender sobre el funcionamiento de las estrellas en todo el universo para ayudar en nuestra búsqueda de otros mundos habitables”.
Ya en noviembre de 2018, Parker Solar impresionó a la comunidad científica al captar la imagen más cercana del Sol, cuando se encontraba a unos 27 millones de kilómetros de la superficie de la estrella. El récord de acercamiento lo tenía hasta ese momento la sonda Helios B, que en 1976 se colocó a 44 millones de kilómetros de distancia.
Cuando la nave Parker Solar entró por primera vez en la atmósfera solar en 2021, descubrió que el límite exterior de la corona presenta zonas rugosas con picos y valles, que es algo que no se esperaba. Parker Solar Probe también ha estudiado el origen de unas estructuras en forma de zigzag en el viento solar, llamadas switchbacks, en la fotosfera.
La estrategia para mandar una nave científica a un ambiente tan hostil ha combinado varios elementos. El principal es el mencionado escudo térmico, que ha sido fabricado con un compuesto de carbono muy ligero, de 12 centímetros de grosor que, junto a un sistema de radiadores, permite reducir la temperatura a la que están expuestos los instrumentos internos de los 1.400 grados exteriores a unos 30 grados. El instrumento que mide el viento solar y las antenas que miden las fluctuaciones del campo magnético quedan expuesta no obstante. Por otro lado, la sonda lleva incorporado un sistema que enfría los paneles solares para que pueda producir energía pese al intenso calor.
El escudo se diseñó para soportar temperaturas de unos 1.400 grados, lo suficientemente altas como para fundir el acero, y mantener los instrumentos situados detrás a una temperatura ambiente agradable.
Los próximos acercamientos de la nave al Sol están programados para el 22 de marzo y el 19 de junio. Entretanto, se espera que en los próximos días mande los datos recopilados durante su aproximación, pues de momento la única señal que ha transmitido es la que confirma que sigue activa.