La campaña promovida por Cape Breton responde a una necesidad de ese territorio, que ha sufrido un importante descenso de población durante las tres últimas décadas.
La carrera de los candidatos republicanos para representar a su partido en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos se acelera. Los discursos de alto contenido religioso de Ted Cruz conviven con las provocaciones de Donald Trump, o con los intentos de Marco Rubio por presentarse como un posible oponente. Mientras las urnas dirimen el resultado, la isla canadiense de Cape Breton ofrece a los estadounidenses una alternativa si el resultado de los comicios no es el que desean. En concreto, la posibilidad de refugiarse en su tierra si Donald Trump se convierte en el sucesor de Barack Obama.
«¡Hola americanos! Donald Trump podría convertirse en el presidente de vuestro país. Si eso sucede, y decidís salir de allí, ¡quizá podríais venir a la isla de Cape Breton!», señala la página web de esta campaña «de acogida». En ese mismo espacio, no dudan en reivindicar el derecho al aborto de las mujeres, la «libertad» que gozan los musulmanes y afirman, además, que los únicos «muros» son los de las casas, que tienen un precio «asequible». Por no mencionar que el frío no es tan terrible como puede parecer en principio.
Lo cierto es que la campaña promovida por la isla de Cape Breton responde a una necesidad de ese territorio, que ha sufrido un importante descenso de población durante las tres últimas décadas, como señala el medio estadounidense «The Week» en su reportaje sobre el tema. El tiempo dirá si su idea da o no sus frutos.