Los vecinos de Ghoramara sufragaron este domingo en las elecciones nacionales de la India. Su isla desaparecerá bajo las aguas del golfo de Bengala, víctima del cambio climático.
Los vecinos de Ghoramara temen que el de este domingo sea su último voto en unas elecciones indias antes de que su isla desaparezca bajo las aguas del golfo de Bengala, víctima del cambio climático.
Unas 4.000 personas, entre ellas el humilde pescador Goranga Dolui, están llamadas a votar en esta isla del delta Sundarbans.
“Los que podían, ya se fueron. ¿Cómo nos iremos los pobres como yo? Esperamos que el gobierno nos ayude a empezar una nueva vida”, explicó.
Ghoramara tiene ahora unos cuatro kilómetros cuadrados tras perder la mitad de su superficie en las últimas tres décadas por la crecida de las aguas.
Los electores de Ghoramara podrían tener su importancia en la aspiración del primer ministro Narendra Modi a un segundo mandato. Su partido Bharatiya Janata ha hecho una intensa campaña en el estado de Bengala Occidental y el resultado en esta circunscripción se presenta muy disputado.
Pero Dolui es pesimista y no cree que su voto ni los resultados del 23 de mayo vayan a cambiar el futuro de esta isla conectada a la India continental únicamente mediante un ferry que tarda una hora en hacer el viaje.
“Seguiremos viviendo hasta que no podamos más”, explicó.
Swati Bandopadhyay, funcionaria electoral de Ghoramara, estimó que la isla desaparecerá en dos o tres años porque la erosión se acelera con cada temporada del monzón.
“La gente sabe que este proceso natural no tiene freno y gradualmente se mudan”, afirmó la funcionaria.
Miles de vecinos de Ghoramara se fueron a vivir en los últimos años a Sagar, una isla más grande en el delta, o a Kakdwip, ya en el continente. Pero varias islas que rodean a ésta están también en peligro.
Modi celebró uno de sus mega mitines en Bengala Occidental la semana pasada, y en él habló de seguridad. El medio ambiente, sin embargo, no ha formado parte de su batalla dialéctica con el líder de la oposición Rahul Gandhi.
Los programas electorales apenas mencionaron el deshielo de los glaciares del Himalaya, que se traduce en más agua en la bahía de Bengala, o la contaminación de las minas de carbón, o la pérdida de bosques.
Poco se habló de que entre las 15 ciudades más contaminadas del mundo están Nueva Delhi y otras 13 ciudades indias.
“Los dos partidos grandes dejaron de lado las discusiones sobre el medio ambiente en la campaña”, dijo Aarti Khosla, director de Climate Trends (Tendencias del Clima), una iniciativa con sede en Nueva Delhi que lucha contra el cambio climático y a favor de la energía limpia.
“Mientras la gente en todo el mundo cobra conciencia de los asuntos medioambientales, en India claramente no”.
El profesor jubilado Satish Chandra Jana, de 75 años, ha vivido toda su vida en Ghoramara pero está desanimado.
“Estamos luchando por vivir aquí e incluso hemos construido una casa en Kakdwip”, dijo sentado en la plaza desierta de la aldea.
“No tengo ganas de irme de este lugar. Mi corazón y la historia de mi vida están conectados a esta isla”, agregó Jana.
La generación más joven no puede permitirse ser tan nostálgica como Jana.
Ghoramara no está conectado a la red eléctrica de la India y depende de la energía solar para su funcionamiento.
La desaparición de las tierras de cultivo se está llevando puestos de trabajo.
Tapas Kumar Sasmal, de 50 años, un soldado retirado que nació en Ghoramara y regresó para votar, dijo que sólo queda un 10% de los habitantes originales.
Muchos de los que perdieron su tierra son ahora jornaleros en el continente. “La vida es dura”, explicó.
“Algunos funcionarios dicen que la isla habrá desaparecido en las próximas elecciones. Siento que podría suceder mañana, ya que estamos a merced de los desastres naturales”, aseguró Sasmal.
“Todo el mundo quiere una vida segura”, sentenció Khushbano Bibi, de 41 años, que estaba ocupada limpiando el alimento de las aves de corral fuera de su pequeña cabaña. “Estamos constantemente preocupados por la llegada del mar”.
“Si el gobierno ayuda, nos mudaremos”, avanzó, al tiempo que se decía poco confiada en que alguien en el poder esté escuchando.