La joven que ha logrado frenar más de cien matrimonios infantiles en Bangladesh

Sazeda Akhter lleva desde los 6 años metida en el activismo, con el que ha logrado grandes hitos.

El matrimonio infantil es una lacra que todavía está presente en muchos países del África subsahariana, Latinoamérica y el Sudeste asiático. Sazeda Akhter ha vivido desde muy pequeña esta situación en la aldea de Maittha, en el distrito de Barguna de Bangladesh. Allí, la media estipula que las niñas se casen entre los 11 y los 13 años. “Si una niña no está casada a los 15, tendrá muchas dificultades para encontrar un novio en el futuro”.

El futuro que le esperaba tanto a ella como a sus amigas no le motivaba lo más mínimo. Así que, lejos de darse por vencida, decidió cambiarlo. Empezó a mover hilos con tan sólo seis años, después de que su familia fuera víctima del devastador ciclón Sidr, que dejó más de 1700 muertos en Bangladesh. “Me horroricé por lo que había sucedido y por cómo afectó no sólo a adultos, sino que también a niños. Muchos quedaron huérfanos o desprotegidos. Fue ahí cuando me di cuenta que había que visibilizar a los niños, especialmente lo que sufren tras sucesos como este y demostrar que no son monedas de cambio”.

Su activismo no acabó ahí. Cuando cumplió diez años, Sazeda formó un club infantil para darle forma a sus esfuerzos voluntarios y, en 2012, se unió al Adolescents Club, una iniciativa de una ONG nacional con la que conoció a representantes electos de distintos países. En estos encuentros aprovechó para discutir cómo los adolescentes, especialmente las niñas, podrían tener mejor acceso a la atención médica y a la educación y cuáles eran las claves para erradicar el matrimonio infantil.

Poco a poco, más allá de acudir a los organismos oficiales, también empezó a visitar casas de su localidad y de pueblos cercanos junto a otros voluntarios para involucrar a los padres en los debates sobre el matrimonio infantil. Parece que sus charlas han hecho efecto, pues ha logrado prevenir 107 bodas de este tipo. Además, ha ayudado a 87 estudiantes que habían abandonado sus estudios a reinscribirse en la escuela.

El dinero y la prosperidad en las familias no son los únicos motivos que mueven a realizar este tipo de uniones. También, el temor al acoso sexual. Una sombra que, muchas veces, obliga a sacar a las pequeñas de la escuela y a casarlas con un varón que las proteja de esta lacra. “Además de hablar con los padres, hace falta también reeducar a los niños y explicarle los derechos que también tienen sus compañeras”. Así, Sazeda y su equipo han logrado resolver nada menos que 72 casos de acoso sexual entregando a los perpetradores a la justicia.

Para difundir todas sus iniciativas en su país natal y, con el tiempo, expandirlas a otros países, ha formado tres organizaciones: Shurjo Shikha Youth Group, Shurjer Alo Youth Club y Burirchar Youth Forum. Pese a todos estos cargos, la joven continúa con éxito su educación en el Barguna Government Girls College, pues remarca la importancia de estar bien formada para poder continuar con su activismo.

Su testimonio llegará esta semana a Bruselas. Concretamente, a las Jornadas Europeas de Desarrollo (European Development Days –EDD por sus siglas en inglés–) que tendrán lugar en la capital europea los próximos 18 y 19 de junio.