Schettino, declarado culpable de homicidio imprudente por la muerte de 32 personas.
El ya excapitán Francesco Schettino, de 54 años, fue condenado ayer a una pena de 16 años de cárcel por el naufragio del crucero Costa Concordia que, la noche del 13 de enero de 2012, costó la vida a 32 personas frente a la isla toscana del Giglio. Tras siete horas de deliberación, los jueces del tribunal de Grosseto consideraron a Schettino culpable de los delitos de homicidio culposo múltiple, abandono de la nave, naufragio y de no haber informado inmediatamente a las autoridades portuarias de la colisión contra el escollo que provocó el desastre. El antiguo capitán del Costa Concordia, que no estuvo presente en la lectura de la sentencia alegando fiebre, había declarado unas horas antes: “Aquella noche, también morí yo”.
Pero, como considera probado la sentencia, aquella noche Francesco Schettino se cuidó muy bien de no perecer en el siniestro que él había provocado. El Costa Concordia, que navegaba con 4.200 personas a bordo entre el puerto de Civitavecchia y Savona, tenía que pasar frente a la isla toscana del Giglio, residencia de un tripulante que estaba próximo a jubilarse. Su hermana Patrizia, a través de su página de Facebook, ya anunció a las 21.08 que “dentro de poco pasará cerca cerca la Concordia”. Al parecer, el capitán Schettino quiso regalar a su compañero la maniobra de acercamiento y, de paso, impresionar a una joven moldava con la que acababa de cenar. Tras producirse la colisión con una roca del fondo, Schettino no tardó en huir del buque y ponerse a salvo. Las conversaciones en las que Gregorio de Falco, el jefe de la capitanía de Livorno, le conminaba a volver al buque fueron enseguida reproducidas por los medios de todo el mundo. El capitán ha dicho en su último alegato que fue víctima de una “picadora de carne” mediática que distorsionó su responsabilidad en el accidente, “sin ningún respeto por la verdad”.
Schettino podrá seguir en libertad en tanto recurre la sentencia al no considerar los jueces que exista riesgo de fuga. Además de las 32 personas fallecidas, el naufragio provocó heridas de diversa consideración a 64 personas y la pérdida de la nave. El fallo pone fin a tres años de proceso en los que Schettino ha figurado como único acusado, ya que la empresa propietaria, Costa Cruceros, aceptó una multa de un millón de euros y la Fiscalía negoció diversas condenas con otros cinco oficiales del barco.