Surge de una encuesta de opinión hecha en todo el país. Expertos recomiendan revisar el formato de la escuela media y apostar a un “sistema dual”, que combine teoría con práctica en un ámbito laboral.
Que la escuela secundaria está atravesando una profunda crisis no es ningún secreto. No solo por el alto índice de abandono y el bajo rendimiento que muestran las estadísticas. Sino también, porque parece “desenganchada” del mundo real, de las urgentes necesidades económicas y laborales que tienen los adolescentes hoy.
Algo de eso puede entreverse en una encuesta de opinión nacional -hecha por UADE y la consultora Voices!- que midió la percepción de la población argentina acerca de la educación entre los sectores más vulnerables.
Visto de otro modo, uno de cada dos argentinos está convencido que la escuela media hoy no es la mejor herramienta para conseguir un trabajo de calidad. Una razón más que suficiente para entender las razones de los altos niveles de deserción escolar que hay en el país.
Es interesante analizar cómo se compone ese 49%. La mayoría son jóvenes (53% cree que es más importante aprender oficios que terminar la secundaria), de clase baja (55% acuerda con la idea), con solo primaria cumplida (55%), del interior del país (51%) y que actualmente no trabaja (50%).
La escuela secundaria pareciera estar desenganchada, sobre todo, de las personas que más la necesitan.
Sistema dual, entre las opciones
Los especialistas vienen cuestionando desde hace años al formato tradicional de la escuela secundaria en la Argentina, que no logra formar bien ni atraer a los adolescentes. Más allá de alguna que otra excepción.
Muchos ponen como modelo al “sistema dual” de Alemania -implementado también en otros países- en donde los adolescentes aprenden dentro de un ámbito laboral: el 70% del tiempo de la formación es dentro de empresas, el 30% teórico, en la escuela.
Otro modelo exitoso -aquí mismo- es la escuela técnica argentina, especialmente diseñada para formar en oficios y que, desde hace años, tiene “prácticas profesionalizantes” en los últimos años de estudio.
¿Cómo deberían cambiar las escuelas secundarias?
“En principio habría que cambiar la estructura actual y en ese sentido propongo dejar el dictado anual de las asignaturas para incorporar otros modelos como la cuatrimestralización e incluso alternativas de menor duración para talleres y seminarios que permitan, por un lado, disminuir la cantidad de materias cursadas en simultáneo y al mismo tiempo aumentar la carga horaria de los docentes a efectos de concentrar su actividad en menos cantidad de cursos”, le dijo a Clarín Gustavo Zorzoli, ex rector del Nacional de Buenos Aires.
“Por otro lado, habría que implementar un plan de estudios en el que los estudiantes puedan progresivamente elegir las asignaturas que van cursando, apelando a sus intereses y capacidades, lo que podría solucionar parcialmente el tema del abandono y la formación profesional. Además, debería plantearse -cuando el tamaño de la matrícula lo haga posible- la posibilidad de cursar una misma materia con 2 o 3 niveles diferentes de acuerdo con la trayectoria que cada estudiante quiera construir y a tal afecto debería constituirse un consejo docente que lo oriente y asesore para tomar esas decisiones”, agrega el especialista.
Consultado por Clarín sobre la edad en que se debería comenzar con este esquema, Zorzoli afirma que desde el mismo primer año de la secundaria.
Para Guillermina Tiramonti, experta en educación e investigadora de FLACSO, “en el país hay ya propuestas de escuelas duales -el modelo alemán- en las que en los dos últimos años los chicos alternan el tiempo entre la escuela y una práctica laboral. También hay experiencias en las que la propia escuela combina formación para el trabajo con el estudio de disciplinas propia de los bachilleratos. El tema es que el desarrollo de las actuales tecnologías están transformando las formas de trabajo y con ello la división entre una formación técnica y una humanista”. puntualiza.
“Siempre el seguimiento de las trayectorias de los chicos y una atención personalizada ayuda. Sin embargo, a mi criterio, es necesario cambiar la matriz de conocimiento de la escuela secundaria incluyendo saberes y modos de adquisición propios de nuestra época y de los sujetos digitales”, opina Tiramonti.
Paula Iglesias, responsable del área de Educación de UADE rescata que, si bien casi la mitad de los consultados opina que es más importante aprender oficios que terminar los estudios, “un número mayor de los encuestados (79%) está de acuerdo con que terminar el secundario garantiza mejores oportunidades de trabajo”.
“Este último dato nos demuestra que es clave vincular el nivel secundario con el mundo laboral, a través de políticas públicas, para evitar el abandono educativo de los jóvenes. Esto podría lograrse a través del desarrollo de un sistema de educación dual que incluya una intensa formación práctica para su rápida inserción laboral”, aconseja.
Abandono abandonado
La encuesta de UADE y Voices! entrega otros datos relevantes para entender la crisis de la escuela secundaria. El más inquietante es que 64% de quienes dejaron la secundaria -o conocen a alguien que haya pasado por esa situación- afirma que no recibió apoyo ni asesoramiento para evitar el abandono.
Paula Iglesias destaca este dato como preocupante. “La contención, el cuidado y la afectividad son fundamentales dentro del recorrido académico para garantizar la permanencia, aunque, muchas veces, parecieran relegarse a un segundo plano. El reconocimiento y seguimiento que se les brinde, tanto a nivel familiar como desde las instituciones mismas, será una condición que favorezca o desestabilice las diversas trayectorias educativas”, escribe en el informe.
La experta también dice que “es importante que las escuelas estén acompañadas por políticas públicas con programas integrales para prevenir la deserción escolar, además de promover y acompañar la reinserción si se abandona. Garantizar la continuidad escolar y una rápida respuesta en caso de abandono es responsabilidad de todas las instituciones, desde el Estado hasta la familia, que forman parte de la vida del estudiante”, agrega Iglesias.
Hay más datos. El 80% de los encuestados opina que terminar la secundaria garantiza mejores oportunidades de trabajo, pero el 50% dice que es difícil que alguien de clase baja que dejó la escuela vuelva a estudiar.
Entre los motivos por los cuales los jóvenes pobres dejan la escuela, la mayoría (44%) cree que es “para trabajar”, el 23% por “falta de interés en la escuela” y 20% por “falta de recursos económicos para seguir los estudios”.
También se les preguntó qué factores contribuyen a que los adolescentes retomen los estudios que dejaron. La mayor respuesta (33%) fue “acceso a becas y asistencia económica”, seguido por “contar con apoyo de la familia” (21%) y “clases extra para recuperar contenidos y clases” (17%).
La encuesta de UADE y Voices” se hizo en julio de 2023 sobre una muestra de 1.003 casos en todo el país, en colaboración con la Fundación Pastoral San Lucas y Estudiantes Organizados.