Desde el inicio de la crisis, la pobreza ha ido aumentando más cada año. Actualmente, afecta al menos a uno de cada cinco neoyorquinos.
Nueva York es, para muchos, la capital mundial de las finanzas, el símbolo del capitalismo, el nido de los buitres de Wall Street y el hogar de las “celebrities”. Pero en la ciudad de los rascacielos, casi la mitad de las personas tiene dificultades para llegar a fin de mes. “La historia de Nueva York siempre ha sido así. Hogar de ricos y pobres por igual, donde las desigualdades son parte del paisaje de una urbe que ofrece riquezas inmensas para algunos y pobreza y miseria para muchos otros“, describió el presidente de la Federación Hispana, José Calderón.
Esta obscena realidad de contrastes volvió a quedar al desnudo con el último informe publicado esta semana por la oficina del alcalde Michael Bloomberg. Tomando como base estadísticas de los años 2005 y 2011, habla de un aumento de los niveles de pobreza desde que se decretó oficialmente el fin de la crisis en 2009. Para hacer sus cálculos, los responsables del estudio fijaron el umbral de la pobreza en un ingreso anual de 31 mil dólares para una familia tipo; situación común a más de uno de cada cinco neoyorquinos en 2011, un 2% más que en 2009.
Los datos recogidos por el Center for Economic Oportunity (CEO) para el informe sobre la pobreza en Nueva York ofrecen pistas sobre otra realidad menos conocida de la ciudad: casi la mitad de la población tiene graves problemas para llegar a fin de mes. Oficialmente, no son pobres. Ganan más de 31 mil dólares pero el 46% está a un paso de la pobreza, con ingresos menores a 46.500 dólares por año, sin posibilidad de beneficiarse de ayudas sociales como los cupones que el gobierno federal otorga para comida o el Programa de Nutrición para Mujeres y Niños (el WIC).
“Parece un sinsentido que cuando tenemos más necesidades como derivación de la crisis se estén recortando los servicios sociales a nivel federal y local“, denunció Calderón. La pobreza en Nueva York sigue el mismo patrón de siempre. Asiáticos (26,5%) y latinos (25,1%) se sitúan a la cabeza de los grupos de inmigrantes con mayores niveles de pobreza. Por delante están los afroamericanos (21,4 %) y los blancos nativos (15,4 %). Esos niveles bajaron entre 2005 y 2008, aumentaron significativamente durante lo peor de la crisis y siguieron creciendo hasta 2011 a un ritmo del 1,8% anual entre los latinos.
“No es nada sorprendente. Ya sabemos que la recesión afectó muy especialmente a nuestra comunidad“, señaló Calderón. Y recordó que entre los latinos se sintió “con toda su crudeza” la pérdida de ingresos y los niveles “desproporcionados” de desempleo. Desde las entidades que trabajan con los grupos sociales más desfavorecidos, insisten en que la receta para reducir los niveles de pobreza tiene tres ingredientes principales: “educación, educación y más educación“, asegura Patrick Markee, de la Coalición por los Indigentes de Nueva York.
“Vemos que cada vez más latinos llegan a la universidad, pero la deserción escolar sigue siendo muy alta, tanto a nivel secundario como preuniversitario”, indició Calderón, recordando la importancia de la “relación directa que existe entre menos educación y mayores niveles de pobreza“. Como la brecha social se profundizará aún más y los inmigrantes latinos serán las primeras víctimas, “no pasará mucho tiempo antes de que podamos observar que la llegada a las universidades también decaerá“, agregó.