Si un compañero de Ekaterina Bachurina no hubiese relatado a sus profesores la historia del supuesto secuestro de la menor, los agentes creen que la niña podría haber sido víctima de trata de blancas o tráfico de órganos.
Ekaterina (Katya) Bachurina tiene 10 años y ha sido rescatada hace dos días por las fuerzas de seguridad rusas después de haber sido supuestamente secuestrada.
El presunto secuestrador, según ‘The Siberian Times’, se llama Sergey Ponomarev, de 40 años, raptó a la niña cuando esta se dirigía al colegio y, tal y como indica el diario, contó en el hotel donde se hospedaba que era su hija.
El testimonio de un compañero de Ekaterina, que fue testigo, resultó clave para dar con la pequeña. Una vez a salvo, la Policía interrogó a Pomarev que justificó su actuación asegurando que «había ganado a la niña en una partida de cartas».
Las fuerzas de seguridad pusieron a Alexander, de 30 años y padre de la pequeña, a disposición judicial, responsable de haberla apostado.
Su exmujer, sin embargo, ha negado las acusaciones vertidas sobre el padre de Ekaterina asegurando: «No creo que nadie pudiera hacer eso (…) Es su padre. La quiere mucho. Se ven con mucha frecuencia».
Aunque de momento se descarta que la niña haya sido objeto de abusos sexuales, continúa en estado de observación. No obstante, los agentes han asegurado, siempre según el citado medio de comunicación, que si su compañero no hubiese relatado lo acontecido a sus profesores, la niña podría haber sido víctima de trata de blancas o tráfico de órganos.