Detenido por “fraude” Jimmy Lai, cuyo diario es un azote del Partido Comunista.
A punto de cumplir 72 años, el magnate de los medios de comunicación y activista prodemocrático de Hong Kong, Jimmy Lai, tendrá que pasar las Navidades entre rejas. Ayer, un tribunal de la excolonia británica alegó el riesgo de fuga para negarle la libertad bajo fianza tras ser acusado de fraude. Como resultado, es muy probable que el millonario permanezca en la cárcel hasta que comience la vista oral de su juicio, en abril. Su encierro suma un nuevo golpe para el movimiento antigubernamental de Hong Kong, que un día antes vio como condenaban a varios meses de cárcel a tres de sus activistas más significativos.
El editor fue acusado el miércoles, junto a dos altos ejecutivos de su compañía Next Digital, de incumplir el contrato de alquiler de un inmueble de propiedad gubernamental que habría subarrendado a una tercera empresa sin tener permiso para ello. Al contrario que Lai, que también ostenta la ciudadanía británica, a sus dos colaboradores, Wong Wai Keung y Roysto Chow, sí que se les concedió la libertad bajo fianza.
“Se trata de ensuciar a Jimmy. Es la policía de Pekín traída a Hong Kong”, declaró otro socio de los encausados, Mark Simon, a la agencia Reuters.
No es su primer encontronazo con la justicia. El pasado agosto, Lai ya fue detenido tras la entrada en vigor de la nueva ley de Seguridad impuesta por Pekín. Aquel día, su imagen dio la vuelta al mundo cuando 200 agentes entraron en la sede de su diario, el Apple Daily , para esposarlo y requisar numerosos archivos, un operativo retransmitido en directo por los reporteros del medio en las redes sociales.
En aquella ocasión, el empresario fue acusado de “colusión con fuerzas extranjeras”, uno de los delitos que, junto al de subversión o terrorismo, castiga la nueva normativa con penas de hasta cadena perpetua para los casos más graves. Aquella operación fue vista por muchos como un ataque frontal contra la libertad de prensa. Al día siguiente, miles de hongkoneses se acercaron a los quioscos para comprar el diario como muestra de apoyo.
Desde hace años, Lai se sabe en el punto de mira de las autoridades de Pekín. Nació en la vecina provincia de Cantón y a los 12 años entró ilegalmente en Hong Kong para buscarse la vida. Con los años, invirtió en el sector textil y, más adelante, en el periodístico, consiguiendo levantar el imperio Next Digital y hacerse con una fortuna de unos 1.000 millones de dólares. El Apple Daily , un tabloide reconvertido en azote del Partido Comunista y de sus aliados en la excolonia, se ha consolidado como el medio más representativo de la oposición prodemocracia.
Desde su atalaya privilegiada, Lai se había convertido en uno de los pocos magnates hongkoneses en hablar abiertamente en contra del Partido Comunista chino. Durante las protestas del año pasado, trató de ganar adeptos a su causa reuniéndose con halcones estadounidenses de marcado corte antichino como el secretario de Estado, Mike Pompeo, o el exconsejero de Seguridad Nacional John Bolton, lo que llevó a Pekín a calificarlo de “traidor a la patria”.
Con su detención, sigue la campaña de acoso y derribo contra la oposición política de la ciudad, que en los últimos meses ha visto encarcelar a varios de sus líderes y poner tierra de por medio a otros. Precisamente, ayer se hizo público que el exlegislador Ted Hui, que se enfrenta a nueve cargos por su actuación durante las protestas antigubernamentales, ha pedido asilo en Gran Bretaña. Desde allí, dijo, espera ampliar el “frente internacional de la batalla de Hong Kong”.