Del alarmante aumento de los homicidios en Londres ya se estaba hablando.
Pero en cierta forma fue la muerte de Tanesha Melbourne, de 17 años, la que hizo que buena parte de la ciudad empezara a dimensionar el problema.
La joven, de 17 años, murió el lunes por la noche por causa de disparos hechos desde un auto en movimiento en una calle de Tottenham, en el norte de la capital británica.
La noticia copó los noticieros y las portadas de los periódicos locales. Y el martes por la tarde, cuando su rostro inocente todavía interpelaba a los millones de usuarios del metro londinense desde la tapa del vespertino gratuito The Evening Standard, se reportó la muerte de otro joven, también víctima de disparos.
La nueva víctima -el homicidio número 48 en lo que va del año- se llamaba Amaan Shakoor y era incluso menor que Tanesha, pues sólo tenía 16 años.
La policía lo encontró herido de un disparo en la cara en Walthamstow, en el este de Londres, una hora después del ataque que causó la muerte de Tanesha, si bien los incidentes no están relacionados.
Y cuando Amaan falleció a las 17:45 (hora local) del martes, el debate en la ciudad era si de verdad Londres había superado en homicidios a Nueva York por primera vez en la historia moderna.
Algo que continuó este jueves, cuando se reportaron otros tres asesinatos, esta vez por arma blanca y en hechos separados.
¿Como Nueva York?
La afirmación, hecha en un reportaje publicado el domingo en The Sunday Times -es decir, antes de los ataques que le costaron la vida a Amaan y Tanesha- se basa en el número de asesinatos registrados en ambas metrópolis en febrero y marzo.
En febrero, el departamento de policía de Nueva York investigó 11 homicidios y la policía metropolitana de Londres 15. Y en marzo se registraron 22 homicidios en la capital británica, uno más que al otro lado del Atlántico.
Los expertos, sin embargo, han hecho notar que esos dos meses no bastan para asegurar que Londres ya es más violenta que Nueva York, pues incluso si solo se consideran los homicidios registrados en lo que va del año la ciudad estadounidense lleva ventaja.
Efectivamente, en enero, mientras la Met investigó ocho de esos crímenes, el NYPD tuvo que lidiar con 18.
E incluso si se consideran los homicidios registrados en los primeros cuatro días de abril -que en el caso de Londres incluye a otros tres muertos por arma blanca- “La Gran Manzana” sigue ligeramente adelante en la sangrienta tabla.
Pero además, si se consideran las cifras de 2017 -cuando Nueva York registró sus niveles más bajos en 70 años- la ciudad norteamericanaregistró una tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes de 3,4 que más que duplica a la de la capital británica (1,2).
Lo que no significa que la ola de crímenes no preocupe a los londinenses, tanto a pobladores como autoridades.
Para empezar, la frecuencia de homicidios en Londres en lo que va de 2018 es mucho mayor que la registrada durante el mismo período el año pasado.
Y aunque durante la última década los crímenes y muertes por armas de fuego han caído tanto en Londres como en Inglaterra y en Gales, en ambos casos las cifras también han registrado un ligero repunte en los últimos dos años.
Más cuchillos que disparos
A diferencia de EE.UU., sin embargo, la inmensa mayoría de los homicidios británicos se producen con arma blanca.
Y el aumento de crímenes con ese tipo de armas es un problema que no sólo preocupa en la capital, pues los mismos están en su nivel más alto desde 2011 en toda Inglaterra y Gales.
Para algunos, el hecho de que la mayor parte de las víctimas de los apuñalamientos sean jóvenes negros o de otras minorías étnicas puede ayudar a entender la situación, con varios activistas acusando a las autoridades de no darle suficiente importancia al tema.
Pero otros, como el alcalde de Londres, Sadiq Kahn, creen que la culpa es del financiamiento inadecuado de la policía y de los programas sociales que ayudaban a mantener a esos jóvenes lejos de las pandillas, por los que responsabiliza al gobierno central, en poder de los conservadores.
“El desafío más inmediato que enfrenta nuestra ciudad es el aumento de la criminalidad que se está produciendo en toda Gran Bretaña después de años de recortes gubernamentales a la policía y los servicios preventivos”, dijo Khan, quien pertenece al opositor partido Laborista.
Y, entre otras medidas, el alcalde londinense anunció que el gobierno municipal le va a inyectar £100 millones (US$140 millones) adicionales a la policía metropolitana para “aumentar el número de policías y ayudar a reducir los crímenes con arma blanca”.
Detención y búsqueda
Otros, sin embargo, creen que la solución pasa por que la policía detenga y revise a más sospechosos de portar armas, algo que está haciendo cada vez menos luego de que la práctica fuera denunciada por emplearse fundamentalmente en miembros de minorías étnicas.
Eso hizo que la actual primera ministra, Teresa May, introdujera algunos cambios en 2014, cuando ocupaba la cartera del Interior, y las operaciones de detención y búsqueda actualmente registran sus niveles más bajos desde que se llevan registros; es decir, de los últimos 17 años.
En este caso, sin embargo, la comparación con Nueva York sugiere que no hay un vínculo automático, pues la ciudad estadounidense también redujo el uso de ese tipo de poderes durante el mismo período, y su tasa de homicidios ha bajado.
Y por lo pronto, en Walthamstow, la policía está utilizando sus poderes para la búsqueda de armas como las empleadas en el incidente que le costó la vida a Amaan y dejó a otro joven de 15 años herido con arma blanca.
Los familiares de Amman, por su parte, dicen que este fue víctima de un caso de “identidad equivocada” y de la “guerra de pandillas” que afecta al área.
Y un amigo suyo, que no quiso dar su nombre, le dijo a la BBC que ya no se siente seguro en el barrio. “Los jóvenes no tienen nada que hacer. La situación se está descontrolando”, fueron sus palabras.
Downing Street, por su parte, informó a través de un portavoz que el gobierno ya ha realizado consultas sobre posibles nuevas leyes “para armas ofensivas y peligrosas, incluyendo el prohibir que las tiendas por internet puedan entregar cuchillos en direcciones residenciales y convertir en delito la posesión privada de ciertas armas”.
“No puede haber lugar en nuestra sociedad para los crímenes violentos. El gobierno está decidido a hacer todo lo que pueda para romper el ciclo”, aseguró.