Cuatro anillos de seguridad rodean el Palacio de Gobierno de La Paz mientras más policías resguardan los centros educativos de la sede del poder político boliviano.
La ciudad lleva 12 días de caos vehicular y con calles cerradas por las protestas de movimientos sociales de Potosí.
Desde su llegada a La Paz, el mismo día que aterrizó el papa Francisco, los potosinos no dieron tregua a la ciudad ni durante los domingos.
Los manifestantes bloquean a diario las principales avenidas del centro de la ciudad y ya se ha vuelto habitual escuchar explosiones de pequeños cartuchos de dinamita desde primeras horas de la mañana.
Ingresar a la plaza principal de la ciudad es imposible por las barreras policiales. Cuatro camiones antidisturbios equipados con cañones de agua resguardan la asamblea legislativa, la Gobernación, la Cancillería y el Palacio Quemado, sede de la presidencia.
Si bien los paceños conocen hace décadas de protestas mineras con dinamita, pocas veces en los últimos años la ciudad había quedado tan afectada por las protestas y durante un periodo tan prolongado.
Los ciudadanos que tienen su trabajo en el centro de la ciudad se ven obligados a salir más temprano de sus hogares para anticiparse a los bloqueos. Al regreso a casa, no son pocos los que optan por caminar.
A diario se pueden ver transeúntes acelerar el paso y cubrirse la cara con pañuelos para contrarrestar el efecto de los gases lacrimógenos con los que la policía intenta dispersar a los manifestantes.
Taxis y buses modificaron sus rutas, mientras que los autos particulares optan por tomar caminos alternativos para evitar los interminables embotellamientos.
“Tiene que ser con Evo Morales”
La protesta la lidera el Comité Cívico de Potosí (Comcipo), organización compuesta por 23 instituciones, entre sindicales, privadas y gremiales cuya misión es “la defensa de los intereses de Potosí”.
En 2010, Comcipo ya protagonizó otro sonado paro cívico en su región para obtener varios compromisos de parte del gobierno boliviano.
En esta ocasión, empezaron con una marcha de menos de 30 personas. En la noche del domingo, llegaron casi dos millares de mineros. Comcipo anunció que más manifestantes llegarán a La Paz en las siguientes horas.
Son mineros cooperativistas y asalariados, maestros, universitarios y activistas cívicos que por la noche duermen en predios de la Universidad Mayor de San Andrés, la universidad pública paceña .
Su pedido es el cumplimiento de 26 obras prometidas por el gobierno boliviano.
“Se mantiene inalterable el paro general indefinido”, dijo el secretario general de Comcipo, Emilio Elías. El dirigente afirmó a medios de comunicación bolivianos que el diálogo “tiene que ser con el presidente Evo Morales”.
Sin embargo, la posibilidad de acudir a negociar con una comisión especial de ministros es analizada por las organizaciones potosinas.
¿Qué piden los potosinos?
La demanda de 26 puntos de Comcipo pide, entre varias cosas, un aeropuerto internacional, una planta hidroeléctrica, hospitales y fábricas de cemento, cal y vidrio.
El gobierno boliviano ha publicado varios avisos en diarios e hizo declaraciones públicas en las que señala que cumplió con el 95% de los compromisos asumidos con esa región.
El ministro de Gobierno de Bolivia, Carlos Romero, acusó a la dirigencia de Comcipo de “poner todas las trabas del mundo” al inicio de las negociaciones y de “inventar lo que sea” para que no haya diálogo.
“Su función es buscar un enfrentamiento”, dijo este lunes.
El domingo, el presidente Morales insinuó que la protesta puede tener algún vínculo con Chile. “No sé quién estará detrás de algunos cívicos de Potosí. Yo puedo entender que están ahí algunos chilenos”, afirmó.
Casi de inmediato, el canciller de Chile, Heraldo Muñoz, calificó las afirmaciones de Morales de “surrealistas”. Añadió que espera que “a Bolivia le vaya bien en los juegos Panamericanos para que no culpen a Chile”.
Además, el gobierno ha insistido en que el diálogo con Comcipo será con ministros.
Pero la última vez que los potosinos protagonizaron esta clase de movilizaciones, lograron sentar al presidente y al vicepresidente frente a sus representantes.
Sucedió en 2010. Los potosinos confían en que lograrán que se repita la historia.