En EEUU se han ejecutado 39 personas en 2013, más de la mitad de ellas en Texas y Florida. Según el sondeo anual de Gallup, el apoyo a la pena de muerte ha caído a una cifra del 60%, con la esperanza que algún día deje de ser el único país de Occidente que mantiene en su ordenamiento jurídico la práctica de la pena de muerte.
Durante el 2013, se cometieron 39 ejecuciones, la segunda vez desde 1994 que ese número ha bajado de 40. Además Maryland se convirtió en el sexto Estado en abolir la pena de muerte en los últimos seis años, y de esta manera los estados abolicionistas llegan a 18. También, la idea europea de no vender al sistema de prisiones de EE UU los medicamentos necesarios para ejecutar a los prisioneros con la inyección letal fue clave para que varios Estados tuvieran que posponer sus ejecuciones debido a la falta de alternativas.
El Centro de Información sobre la Pena de Muerte, asegura en su informe anual que la pena capital se encuentra en uno de sus momentos más bajos desde que fue reinstaurada por el Tribunal Supremo en 1976. Este año se han dictado solo 80 nuevas sentencias a muerte, tres más que en 2012 pero muy lejos de las 315 que se fallaron en 1996.
De las 39 condenas llevadas a cabo en 2013, más de la mitad ocurrieron en Texas y Florida (16 y 7 respectivamente). Oklahoma tuvo seis; Ohio tres; Arizona y Misuri dos cada uno; y Alabama, Georgia y Virginia, una. Pero incluso Texas, está lejos de su récord, cuando en 1999 dictó 48 sentencias a muerte.
La imposición de cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional, ha sido uno de los factores importantes en el declive de la pena de muerte. Jueces, fiscales y víctimas aceptan dejar fuera la máxima pena al garantizárseles que los criminales morirán en prisión.
Florida, aún sigue siendo uno de los que ha declarado su intención seguir con esta pena y de forma más rápida con la aprobación de una norma que expedita el proceso legal para la ejecución.
Arkansas, Carolina del Norte y California han tenido que dejar en suspenso en los últimos años sus ejecuciones por no lograr un protocolo aceptable a la hora de aplicar la inyección letal debido a la falta del anestésico que duerme al preso.
Florida ha optado por usar tan solo un componente a la hora de ejecutar al condenado, en lugar de los tres medicamentos de que se compone el método, lo que ha levantado críticas ya que no garantiza que el reo muera sin dolor y no se viole la Constitución americana.