Aramco tuvo un beneficio neto de 111.100 millones de dólares en 2018. Su rentabilidad la confirman las agencias de calificación Fitch y Moody’s tras tener acceso, por primera vez, a sus cuentas.
Hasta ahora era uno de los secretos mejor guardados de Arabia Saudí. La estatal Aramco, la mayor petrolera del mundo, es también la empresa más rentable del planeta, por delante incluso de la estadounidense Apple. Así lo confirman las agencias de calificación Fitch y Moody’s tras tener acceso, por primera vez, a sus cuentas.
Aramco tuvo un beneficio neto de 111.100 millones de dólares en 2018 y generó unos ingresos de 355.900 millones de dólares. El resultado bruto de explotación (ebitda) se situó en los 224.000 millones de dólares, casi tres veces más que los declarados por Apple, la empresa designada por Forbes como la mayor compañía por sus beneficios del pasado año.
El margen del ebitda alcanzó el 63,7%. Una altísima rentabilidad que, sin embargo, no se refleja en las notas concedidas por Fitch y Moody’s. Un A+ y A1, respectivamente, condicionadas por la calificación de la deuda soberana del reino y la constatación de que la mayor parte de los ingresos de la compañía van a parar al presupuesto estatal.
“Aramco tiene muchas características de una empresa con una calificación AAA, con una deuda mínima en relación con los flujos de caja, una producción a gran escala, el liderazgo en el mercado y el acceso en Arabia Saudí a una de las mayores reservas de hidrocarburos del mundo”, reconoció Rehan Akbar, de Moody’s.
Fitch, por su parte, subrayó que Aramco tiene potencial para ser una firma AA+, una calificación similar a la de otras petroleras rivales como Exxon Mobil, Chevron y Shell, por sus finanzas, reservas y bajos costes de producción. Aramco dispone de 257.000 millones de barriles de petróleo, lo que representa más de 50 años de reservas en base a los niveles de producción actuales.
La primera revisión pública de sus cuentas coincide con los planes de venta de bonos del gigante para financiar la compra del 70 por ciento de la también saudí SABIC, una de las mayores petroquímicas del planeta por 69.100 millones de dólares. Una operación de venta de bonos, que comenzará la próxima semana, y que podría alcanzar los 10.000 millones de dólares.
Un movimiento que avanza en la integración vertical de la compañía y que tiene como objetivo una empresa propiedad del fondo de inversión pública de Arabia Saudí. Ambas son las mayores compañías del reino. El análisis de Moody’s recalca que tanto la liquidez como la flexibilidad financiera de Aramco le permitirán digerir la adquisición de SABIC sin recurrir a financiación externa, incluso en posibles escenarios de precios del crudo bajos.
Hace ya dos años que el Gobierno saudí anunció una privatización parcial de Aramco -alrededor del 5 por ciento de su capital- para sufragar Visión 2030, un ambicioso paquete de reformas liderado por el príncipe heredero Mohamed bin Salman que busca diversificar la economía del país y “acabar son su adicción al petróleo”. Un plan de venta, la mayor salida a bolsa de la historia, que el año pasado quedó paralizada sin proporcionar razones.
El acuerdo cerrado ahora entre Aramco y SABIC proporcionará efectivo a uno de los fondos soberanos del reino -con participaciones internacionales como en la estadounidense Uber- para impulsar las reformas y su conversión en una economía basada en la tecnología en un contexto marcado por el descrédito internacional que han provocado la aventura militar de Riad en la vecina Yemen o el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul.