La principal compañía aérea del país ha tomado medidas, ampliando a 24 horas antes de un vuelo el periodo en el que sus pilotos no pueden probar el alcohol.
Hace algunas semanas, un piloto japonés era detenido en el aeropuerto de Heathrow después de dar positivo por alcohol en una prueba que se le hizo pocos minutos antes de su vuelo. Dio una tasa nueve veces superior a la permitida para los pilotos de aviación civil en Europa, por lo que fue arrestado y será juzgado el próximo 29 de noviembre. Reconoció que se había bebido dos botellas de vino y varias latas de cerveza.
Ahora sabemos que no fue un caso aislado. El digital japonés The Mainichi ha desvelado que en los últimos 15 meses los pilotos de Japan Airlines han dado positivo 19 veces en los controles de alcoholemia internos, provocando el retraso de, al menos, 12 vuelos domésticos por tener que hacer un cambio de tripulación. Los pasajeros nunca conocieron que el retraso se debía a que sus pilotos se disponían a conducir borrachos, sino que se les informó simplemente de un “cambio de tripulación por motivos de salud”.
En agosto de 2017, la compañía aérea nacional de Japón introdujo unos nuevos detectores para hacer controles de alcohol internos. En el país del sol naciente la ley no permite a los pilotos beber en las ocho horas anteriores a un vuelo, aunque no existe una tasa de alcoholemia que marque unos límites, como sucede en Europa o Estados Unidos.
La compañía toma cartas en el asunto
Las medidas internas de Japan Airlines ampliaban la medida, prohibiendo a sus pilotos beber en las 12 horas anteriores a su vuelo, aunque ahora buscan nuevas medidas para evitar el exceso de alcohol en sus trabajadores. Una de las medidas que ha presentado este viernes a las autoridades es ampliar aún más ese espacio, situándolo temporalmente en 24 horas. Los pilotos de JAL, por tanto, no podrán beber alcohol un día entero antes de un vuelo.
Además, los nuevos alcoholímetros que incorpora Japan Airlines dependerán ahora de los aeropuertos y no de los propios responsables de los vuelos, como hasta ahora. Una medida que intenta acabar con un problema que, lejos de ser puntual, parece mucho más común de lo que se pensaba.
Un piloto de All Nippon Airways, otra de las 25 compañías aéreas que hay en Japón, fue cazado borracho el pasado 25 de octubre en Okinawa, incapaz de volar. Su situación provocó el retraso de cinco vuelos ese día. Mientras un piloto de Skymark, una operadora nipona de bajo coste, también dio positivo en un control esta misma semana.
Algunas fuentes creen que el estrés que provoca la enorme carga de trabajo que tienen los pilotos japoneses es la causa principal de esta deriva alcohólica. Issei Hideshima, un experto en aviación, reconoce a The Guardian que el incremento de vuelos en el país ha hecho que los pilotos tengan menos tiempo para descansar: “El estrés les puede estar llevando a beber mucho. Imponer reglas estrictas no es suficiente; los pilotos necesitan tiempo suficiente entre vuelos para descansar y recuperarse”.