La actriz de The Big Bang Theory y Blossom Mayim Bialik se ha desmarcado de las críticas del resto de actrices contra el productor Harvey Weinstein y ha causado controversia en un artículo de opinión en The New York Times, publicado el pasado 13 de octubre.
En este texto, la actriz que interpreta a Amy Farrah Fowler en la comedia de CBS recomienda a las mujeres ser más “reservadas” y reflexiona sobre su carrera en Hollywood, que empezó con 11 años.“No necesitaba de redes sociales o televisión para entender que no me parecía ni actuaba como otras chicas de la industria, y que estaba en un negocio donde se recompensaba la belleza física y el sex appeal sobre todo lo demás”.
“Aunque estoy en shock y me repugna el alcance de las acusaciones y el hecho de que haya utilizado su posición de poder no me sorprende lo más mínimo”, asegura sobre el caso Weinstein.
“Siempre me he sentido a disgusto en una industria que se beneficia de la objetificación de la mujer. Las jovencitas con ojos de conejita y labios carnosos eran favorecidas para papeles por los hombres poderosos que tomaban decisiones”, reflexiona.
Bialik asegura que durante su juventud estuvo tentada de hacerse retoques estéticos para encajar en los cánones de la industria cinematográfica: “Empecé a obsesionarme con la posibilidad de hacerme una rinoplastia para parecerme más a Danica McKellar, y operarme también la barbilla. Luego pensé en aumentarme el pecho para parecerme más a Christina Applegate, a la que prestaban más atención. Me hacían sentir como un trol en comparación con mis coetáneas”.
La actriz ha sido nominada en cuatro ocasiones al Emmy por su papel de Amy en The Big Bang Theory, además, tiene un doctorado en neurociencia por la Universidad de California.
“Como feminista orgullosa y sin interés en hacer dietas, someterme a cirugías o contratar a un entrenador personal, no tengo experiencia alguna con hombres que me hayan ofrecido subir a sus habitaciones de hotel. Aquellas que no representamos en Hollywood un estándar imposible tenemos el lujo de ser ignoradas por hombres con poder”, afirma.
En el extenso editorial también ha querido reflexionar sobre la sexualidad de las actrices y ha dejado una sentencia que le ha valido las críticas de otras intérpretes como Natasha Lyonne, Amanda Duarte y Martha Plimpton: “Es mejor reservar la sexualidad para nuestra vida privada. Visto con modestia. No flirteo con hombres como norma. En un mundo perfecto las mujeres deberíamos ser libres para vivir como quisiéramos, nuestro mundo no es perfecto. Nada justifica a los hombres que acosan o abusan de mujeres. Pero tampoco podemos ser ingenuas”.
Y lanza un mensaje a las más jóvenes: “Las animo a cultivar las partes de sí mismas que no les generarán dinero o fama. Si eres bella y sexy, perfecto. Pero que otros destaquen tu belleza física no es forma de tener una vida con significado”.