Desde Valencia, España, lugar donde reside, el especialista en temas de seguridad Ernesto Santamaría Andrade explicó en la 99.9 cómo se manejan las policías locales en aquél país. “Aquí, primero llega la policía comunal. Y cuando llega el cuerpo nacional, se transforma en una fuerza de apoyo”, indicó.
La policía comunal en Mar del Plata parece más a una idea para ganar dinero que un proyecto serio (que todavía no hay) para combatir seriamente la inseguridad. Sobre la capacidad de esta policía para combatir el crimen, esta mañana en la 99.9 habló el especialista en temas de seguridad Ernesto Santamaría Andrade, argentino radicado en España desde hace varios años.
“Con 300 efectivos, lo que se puede hacer es apoyar la acción de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Aquí en España existen las policías locales, pero son un apoyo del cuerpo nacional de policía en ciertas regiones. No puede ser una policía que actúe como única en la jurisdicción y tiene que someterse a la provincial”, indicó inicialmente.
El hecho que ambas fuerzas coexistan ya de por sí generará inconvenientes: “es un trabajo muy delicado porque tiene que haber una convivencia entre ambas, no pueden superponer la jurisdicción. Aquí, primero llega la policía comunal. Y cuando llega el cuerpo nacional, se transforma en una fuerza de apoyo”. Como ejemplo del trabajo que se realiza en España con estas fuerzas, Andrade se refirió a la ciudad donde reside: “Valencia tiene 800.000 habitantes estables y un millón de persona que van y vienen, porque es turística. Hay 2.000 policías locales, no 300. Hay pueblos que tienen 2.000 habitantes y cuentan con 14 policías locales. Es como una respuesta inmediata, pero no tienen una jurisdicción judicial”.
La cantidad de efectivos no sólo depende del número de habitantes sino que también tiene que ver con el dinero. “Según el poder económico de cada ayuntamiento, hay más o menos efectivos. No debe haber una competencia sino una asistencia, porque si no la policía local no sirve de nada. Aquí hacen desde multas de tránsito hasta persecuciones de delito in fraganti; pero una vez que llega la policía nacional, la local se transforma en colaboradora. Es como si fuera un auxiliar con arma. Es complicado… Hay asperezas porque algunos pagan mejor que otros”, aseguró.
Lo importante en estos casos es saber si efectivamente el delito ha bajado. Al respecto, Santamaría Andrade destacó que “desde el punto de vista de la efectividad ha servido. Porque la policía nacional, al tener una jurisdicción tan grande, estaba sobrecargada. Si se cumplieran los requisitos de entrenar a la Policía Bonaerense, brindarles la logística que les corresponde y enseñarles todo lo que necesitan, andaría lo más bien. Si no, por más que pongan 10.000 tipos, no va a servir para nada”.
Ese es otro punto de discusión en Mar del Plata, porque hasta el momento nadie explicó cómo se formará a los integrantes de la fuerza que se pretende crear. Hoy, las técnicas para que un policía esté mejor preparado han cambiado, y mucho. Por eso el especialista ejemplificó de qué manera se puede trabajar: “acá estamos dando un curso de estrés postraumático del policía y de control de la ira. Esto es porque, a veces, aquí hay policías que te paran por cualquier cosa y te agreden con la mirada. Se necesita moldear el carácter del policía, y hoy se puede hacer”.
Por último, y como paso previo a la creación de la policía comunal, el especialista argentino brindó una idea: puestos de vigilancia o interceptación. “Desde acá no entiendo cómo puede ser que no se organicen planes simultáneos de interceptación para prevenir el delito; y si se cometen delitos de todos modos, deberían tener puestos de interceptación para agarrar más rápido a los delincuentes. Porque se roba donde es más fácil”, finalizó.