Una fábrica recibía cargamentos de preservativos todos los meses, los limpiaba hirviéndolos en agua, los dejaba secar y les daba forma con un artilugio de madera de forma fálica.
La policía vietnamita confiscó 345.000 condones usados listos para ser empaquetados y revendidos como nuevos, un caso que expone la inseguridad de este mercado en el país asiático, donde la mayoría de los preservativos no son distribuidos por las marcas originales.
Según informó la televisión estatal VTV, los investigadores entraron el pasado fin de semana en una fábrica de la provincia de Binh Duong, cerca de Ho Chi Minh, y encontraron a los trabajadores empaquetando miles de preservativos usados para ser revendidos.
La policía indicó que las bolsas repletas de profilácticos almacenadas en la fábrica pesaban más de 360 kilos, lo que equivaldría a unos 345.000 preservativos que iban a ser preparados y distribuidos en el mercado.
El periódico Tuoi Tre indicó que Pham Thi Thanh Ngoc, dueña de la fábrica, confesó que recibía cargamentos de condones usados todos los meses y que para limpiarlos los hervía en agua, los dejaba secar y les daba forma con un artilugio de madera de forma fálica antes de venderlo a un precio aproximado de 0,17 dólares (0,15 euros) el kilo.
La policía investiga las posibles ramificaciones de este caso, que pone de relieve inseguridad de los condones vendidos en Vietnam, donde es habitual la venta de preservativos de baja calidad camuflados en paquetes falsos de algunas de las marcas más conocidas.
El pasado año, la policía arrestó a cuatro personas que dirigían una fábrica de condones y lubricantes falsos que revendían por todo el país embalados en paquetes falsos de marcas como Durex, Ok y Sure.
Una encuesta del Ministerio de Salud en 2019 revelaba que el 85% de los 600 millones de preservativos vendidos en el país asiático cada año no eran distribuidos por las marcas originales y que los usuarios prestan poca atención a la autenticidad del producto y se fijan más en el diseño, el precio o la fragancia.
Un informe de Naciones Unidas en 2014 advertía de que el 40% de los preservativos a la venta en el país no cumplían con los requisitos de calidad necesarios, lo que aumentaba el riesgo de transmisión de enfermedades y de embarazos indeseados.