Intenta así dispersar a los que huyen de la guerra siria y anhelan llegar al corazón de Europa.
Miembros de la policía antidisturbios de Macedonia han disparado gas lacrimógeno contra los miles de refugiados que se encuentran a la espera de entrar en el país balcánico desde Grecia.
Miles de personas procedentes de Oriente Próximo, África y Asia -la mayoría de ellos refugiados sirios- pasaron una fría noche en ‘tierra de nadie’ para levantarse y sufrir los gases con los que los agentes intentaban dispersarles.
Los refugiados intentaban conseguir en la localidad de Gevgelija un billete que les introdujera en territorio macedonio y posteriormente a Hungría, desde donde llegar a países como Reino Unido o Alemania.
Ayer mismo, Macedonia decretó el estado de emergencia en sus fronteras con Grecia y Serbia ante la avalancha de refugiados. De esta forma, el ejército ya puede estar presente para aumentar la seguridad en las zonas afectadas, a los ciudadanos y a los recién llegados, según informó el portavoz ministerial Ivo Kotevski.
De hecho, la medida ha conllevado el cierre de la frontera. De ahí que los agentes antidisturbios, apostados detrás de alambradas de espino, emplearan gases lacrimógenos para repeler a una multitud enfurecida que reclamaba cruzar hacia Macedonia, vía imprescindible para entrar finalmente en la Unión Europea.
Posteriormente, los agentes macedonios devolvieron a los refugiados a territorio griego. Según informa la agencia Reuters, entre los inmigrantes se encontraban cuatro heridos.
El flujo de refugiados que entraban a Macedonia se encontraba en la actualidad entre los 1.500 y los 2.000 al día, conduciendo a desesperadas escenas de gente atropellándose para entrar en los trenes que alcanzarían Belgrado, Hungría y los países más florecientes de la UE.