Según el testimonio de activistas, jueces y agentes del orden, la policía es uno de los mayores culpables de la violencia sexual que sufren las mujeres en India.
Tras las manifestaciones de millones de personas en diciembre del año pasado, tras la muerte de una joven en Nueva Delhi, la policía cobró un papel protagónico en estas acusaciones. La denuncia proviene de activistas, jueces y miembros de la propia policía. Según dicen, para frenar los abusos se deben extirpar de raíz males como la violencia, la corrupción y la incompetencia.
Las autoridades formaron un grupo de trabajo dirigido por el ex presidente del Tribunal Supremo, J.S. Verma, con el objetivo de tomar medidas firmes y acabar con la violencia hacia la mujer. Entre otras cosas, se dedican a revisar las leyes, cuya interpretación concede impunidad a los policías acusados de cometer actos de tortura y violencia sexual contra mujeres bajo su custodia. La activista india Ruchira Gupta afirma que los datos oficiales revelan que de los 61.765 agentes denunciados en 2011 por cometer todo tipo de “excesos”, sólo 913 fueron procesados y 47 hallados culpables.
Desde la violación y tortura padecida por una estudiante en Nueva Delhi, se han registrado continuos casos de violencia de género. Entre ellos, el de una joven de 17 años que se suicidó en un pueblo del noroeste de la India después de ser violada por varios individuos y sufrir el maltrato policial. “La Policía comenzó a presionarla para llegar a un acuerdo económico con los asaltantes o casarse con uno de ellos”, declaró una hermana de la víctima al canal de televisión local NDTV.
Un alto mando policial que dialogó con la prensa de manera anónima, reconoció que “es bastante posible que la Policía, en algunos lugares, desanime a las víctimas para que no presenten cargos”. “Es muy difícil que una menor o sus familiares denuncien un abuso sexual. Y en vez de tratar estos casos con sensibilidad, las autoridades a menudo degradan y vuelven a traumatizar a la víctima”, aseguró la directora para Asia del Sur de HRW, Meenakshi Ganguly.