Un efectivo de Infantería, de apellido Ramírez, habló esta mañana en la 99.9. Contó cómo trabajan los policías de la ciudad y aclaró algunas cuestiones que se hablaron en las últimas horas en medio del conflicto. “Estamos enojados por muchas cosas. Había muchos policías trabajando, pararon algunos, pero lo que pasa es que faltan muchos policías”, explicó.
La realidad de los policías suele ser muy distinta de lo que el común de la gente cree. Esta mañana en la 99.9, brindó su testimonio el efectivo de Infantería de apellido Ramírez, refiriéndose a ciertas cuestiones que quería dejar en claro ante la sociedad.
En principio, habló sobre el aumento de sueldo: “ganaremos lo mismo que los empleados públicos del resto de la provincia. Si eso está mal, que nos den la misma carga horaria: 8 horas y a casa. Nosotros tenemos una carga de 400 horas mensuales, hacemos 24 y nos anuncian que tenemos que quedarnos 24 horas más. Hay que salir y controlar el sueño de los policías que están manejando”.
Todo lo que se habló sobre los policías en estas horas, según Ramírez, no ha sido justo: “estamos enojados por muchas cosas. Había muchos policías trabajando, pararon algunos, pero lo que pasa es que faltan muchos policías. Respecto de los saqueos, es el Frankestein que ha creado el Gobierno; a los menores no se los puede tocar, esto lo creó el Gobierno con el clientelismo político”.
Entre los múltiples problemas con que deben lidiar a la hora de trabajar, Ramírez destacó que “no hay mantenimiento de los móviles. Cada vez que salimos, rogamos que no se queden. Ahora egresan muchos pibes nuevos que están 24 horas por 24 horas, y esos chicos no aguantan más. Hay 8.000 pedidos de baja, les tienen que enseñar de a poco, pero los destruyen. Ganamos 14 pesos por hora extra, eso no lo gana nadie”.
Hoy por hoy, salen a la calle efectivos con muy poca formación portando un arma y no se realizan controles: “lo que se necesita es una junta de psicólogos para evaluar a cada efectivo. Si eso sucede, de 48.000 efectivos quedarían 20.000. Lo que pasa es que queda la mitad de la policía. Incluso, yo no sé si estoy capacitado para portar un arma, porque desde que entré a la fuerza nunca me hicieron un test psicológico”.
La iniciativa de formar un sindicato no fue tomada como una mala idea, sino como una forma más acertada de representación al momento de expresar reclamos. “Nosotros necesitamos un solo representante. No podemos entrar todos con diferentes reclamos, no quedó claro cómo fue el aumento. Si bien no está cerrado el tema, no quiere decir que se vuelva al paro. Hay una luz roja que se prende, y es que la policía no alcanza para cubrir Mar del Plata”, reiteró Ramírez.
El poco dinero que se gasta en materia de seguridad está mal direccionado, como sucede con la llegada de prefectos: “no se puede traer a Prefectura acá porque no conocen las calles, las villas, cosas que nosotros sí conocemos. ¿Para qué gastan plata en eso y no en comprar más patrulleros o más combustible?”.