Los gastos y viajes de la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein eran pagados con operaciones secretas de las que salían comisiones millonarias a cambio de sus trabajos para empresas españolas. Esa documentación falsa se utilizó para abrir dos cuentas en bancos suizos, donde se enviaron las comisiones que las empresas españolas le hicieron llegar a la princesa alemana. Tantos las entidades financieras como en CNI niegan estos hechos.
El avión privado solía esperar en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), controlada por el Mando Aéreo General del Ejército del Aire. Además de los aviones militares, tienen allí su base de operaciones las principales empresas de jets privados de España. En la pista, un avión Cessna Citation Excel solía esperar a la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein y a sus acompañantes en sus frecuentes viajes por Europa. Pero ese traslado tenia un costo de unos 5.000 euros por cada hora de vuelo y sólo siete pasajeros: la empresaria alemana y algunos responsables del Estado. Los viajes solían tener destino a Niza, Palma de Mallorca y Marrakech y se pagaban con una tarjeta prepaga a nombre de una sociedad en Suiza; una firma abierta al margen de la contabilidad del Estado. Estos viajes, a nivel oficial, nunca existieron.
Para pagar por los servicios de la princesa Corinna se utilizó un sistema similar. Según las fuentes de los servicios de Inteligencia, que dialogaron con Interviu.es, se habrían abierto dos cuentas en Suiza a nombre de “identidades operativas” con nombres completamente falsos pero dotados de documentación española totalmente legal. Este tipo de identidades se generan con autorización judicial y sirven para facilitar el trabajo de agentes encubiertos. Portavoces oficiales del CNI niegan que el Centro haya utilizado alguna de sus identidades operativas para abrir cuentas en Suiza donde se realizaran pagos a la princesa Corinna.
Las fuentes consultadas, sin embargo, indican que había dos cuentas en el Bank of Scotland de Zurich y en el Private Bank de Ginebra, cuyo dinero estaría gestionado por un conocido broker helvético relacionado con los fondos de varias fortunas españolas en Suiza. Con este sistema, que sería el mismo que se emplea, por ejemplo, para pagar un rescate o financiar una investigación sobre una venta de armas a ETA, el dinero no deja rastro. De modo que si un juez trata de seguir las huellas y pide información a Suiza, no encontraría nunca ningún pago a nombre de la princesa Corinna.